«Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio…» (una reflexión). Por Enmanuel Camejo
Si de verdad (sintiendo profundo) nos diéramos cuenta que rituales y oblaciones son meros formalismos humanos, que pretenden en vano, atraer la atención de Dios. Que son absurda empresa para acercar el Hombre al cielo. Si nos percatáramos, que a la luz de las escrituras santas, al Padre Altísimo no le interesan los formalismos. Que el Santo del Origen, solo desea que el Hombre se apiade (desde el corazón) de sus semejantes y su entorno. Y no que haga cosas para Dios ni para llamar su atención.
Entendería que no es el rito, sino la piedad básica y profunda, la pulsión que nos acerca al cielo.
Que «ser como niños» es el símil de «amar sin pensar». De hacer todo con el tropismo básico del «ser». Que es oficio del hombre bueno, apiadarse con el corazón.
Entonces, tal vez, volveríamos a entrar al paraiso.
¡Que el Altísimo guíe nuestros pasos!
Enmanuel Camejo
Un comentario
Maria
El mandamiento de Jesús,… lo que nos enseñó al dar su vida por todos nosotros.. Amor incondicional.