SEÑALES DESDE TU INTERIOR. Por José Vicente Camejo.

SEÑALES DESDE TU INTERIOR

Vivimos en un mundo asfixiante, lúgubre y lleno de trampas.
Amanecemos y anochecemos con un incesante flujo de malas noticias que emanan de la radio, la televisión, la prensa y de las «novedosas» redes sociales.
Convivimos en una sociedad pervertida y mal oliente. En donde la palabra «éxito» se ha
degradado y sirve para describir y resaltar a aquel que logra fortunas, gracias al robo,
corrupción o especulación. Y en donde se emplea la palabra «extasis», no para describir un estado trascendental, sino a una droga barata que destruye el cerebro y algo más…..
Habitamos en un planeta que se nos hace inhabitable. En donde la vieja frase de Mafalda
«Paren al mundo que me quiero bajar», se ha convertido en «trending topic» en muchas de
nuestras mentes y corazones.
Entonces, ¿Nos hundimos con el mundo?, o mejor, ¿Nos adentramos en nuestro interior en busca del amor, la paz y la luz que necesitamos?
Yo decidí irme por la segunda opción.
Y comencé regocijandome con el amor que recibo desde la distancia y la cercanía. Con el
amor de la divina presencia que habita en mi.
Me interné en mi ser y vi luces titilando, escuché rumores sin sentido, pero igual me adentré y me encontré. Sentí paz, alegría, energía, purificación, comunión…
Se difuminaron el miedo, el rencor y la desesperanza…
¡Mande al carajo al mundo exterior!, y mi vida se impregnó nuevamente de luz.
Volví a nacer….
Preferí estar con Dios y que me juzgara el mundo, que estar con el mundo y que me juzgara Dios.
Dentro de mí nació un árbol. Y ese árbol se lleno de ramas, hojas, flores y frutos. Sus raíces se afianzaron profundamente en mí, era el árbol de la esperanza.
Escuchemos a nuestra divina presencia, tiene mucho más que decirnos que toda la prensa
y todos los noticieros del mundo. Solo ella nos dirá, lo que realmente tenemos que saber.
Tengamos siempre presente la frase del filósofo francés Teilhard de Chardin:
«No somos seres humanos que tienen una experiencia espiritual, somos seres espirituales
que tienen una experiencia humana».

Termino citando a Confucio:

«Si hay rectitud en el corazón,
Habrá belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter,
Habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar,
Habrá orden en la nación.
Si hay orden en la nación,
Habrá paz en el mundo»

José Vicente Camejo.