Semana Aniversaria

VENDER ES UN ARTE. Osiris R. Betancourt Brugés.

Osiris R. Betancourt Brugés

Las necesidades son parte íntegra de la existencia. Es inconcebible la vida sin necesidades: vida implica necesidades; y esta es una ley que se lleva a cuestas, pero que no se percibe con claridad.

«Pienso… luego existo… Y tengo necesidades » es el axioma perfecto para este fundamento filosófico de Descartes. Porque la existencia se sustenta gracias al impulso de vida que producen las necesidades para ser satisfechas; impulso este que además hace razonar y actuar.

Sin embargo, cuando se habla de necesidades no se piensa en una frase filosófica como la anterior; por el contrario, la relacionamos con el instinto y, ciertamente, muchas necesidades son instintivas; pero otras surgen del raciocinio. Hay una gran diferencia entre la necesidad de alimentarse y la de arreglar la sala de la casa. Ambas califican como tal, según sea el criterio de quien la sienta.

También hay necesidades impuestas que en un principio no son percibidas, ni el instinto las pide, pero al aparecer en la conciencia se convierten en tales. Por ejemplo: recibir un servicio novedoso, poseer un objeto recién inventado o realizar una actividad, que haya sido conviertida en necesidad luego de ser anunciada e implementada por los medios de comunicación.

Es innegable la capacidad de lucrar con una necesidad. Esta idea es una de las bases de la economía, porque ella apunta al hecho de satisfacer necesidades humanas; y el vector que aborda una necesidad produce un beneficio y espera una recompensa a cambio. Dicho de otra manera, se realiza una venta.

Se puede inferir que para vender se requiere que exista una necesidad. Y -como se expuso antes- las necesidades son en su mayoría tangibles y abordables con ventas.

Cuando hay una necesidad y su solución esta al alcance, el acto de vender se reduce prácticamente al intercambio de dicha solución por dinero; se reduce a un pago. Pero cuando la necesidad no es evidente se requiere de mucha habilidad para mostrarla: en esto consiste el arte de vender.

No tener zapatos y recibir una oferta que además de calzar al pie lo adorne, o tener hambre y además de una buena comida se ofrezca una mesa limpia, ordenada y adornada, va más allá de cubrir una necesidad. Pero ofrecer el servicio de hospedaje en un hotel, o clases de Tai Chi, o asistencia médica, y utilizar para vender y convencer un poema de Neruda y un vídeo de un bohemio tocando su guitarra, va más allá de la creatividad. Eso es vender con arte: es hacer el arte (de la venta) con el apoyo del arte (de los poemas, la música, los cuentos ). Y esta creatividad raya en lo maravilloso si se considera que AL MARGEN DEL TIEMPO cumple un año haciendo esta locura.

       ¡FELIZ ANIVERSARIO!

Osiris R. Betancourt Brugés

LOCURAS. Silvio Rodriguez

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