COSTUMBRES Y DECIRES… Rescatando la venezolaneidad. En el capítulo de hoy: ¡Al rescate de una palabra, un sobrenombre, dos decires y un palito pa´echar cuero!. Por Miguel Zurita Sánchez
La palabra
Choreto(a): Algo torcido o deforme. “Mirá, ese tiene la boca más choreta, que ¿quién sabe?”.
El sobrenombre
Asoplaza: Dícese de una persona chismosa. ¡Pilas con ese, es la propia comadre!
Los decires
¡Más rayao que pared de kínder!: Se refiere a algo o alguien repetitivo. Persona que, por su conducta, anda de boca en boca, es la comidilla del pueblo, del barrio o de donde hace vida. ¡A esa…… la llaman la garipiala!
¡El que cardenillo quiere, cardenillo lleva!: Una persona que sólo busca dificultades, sin prestar atención a las recomendaciones ni medir las consecuencias de sus actos. El cardenillo, verdín o verdete, también conocido como verdigrís, es una pátina de color azul verde semisaturado similar al turquesa que se forma sobre superficies de cobre o de alguna de sus aleaciones, como bronce o latón. Esta pátina suele ser una mezcla de acetatos de cobre, principalmente acetato de cobre, con óxidos e hidróxidos de cobre. “Ojo no es alumbre”.
Un palito pa´echar cuero
Palito mantequillero
El palito mantequillero es uno de los juegos tradicionales de Venezuela.
Para Ustedes la versión de cómo lo jugábamos, en Puerto Cumarebo, Edo Falcón. Luego que se reúnen un grupo de niños y niñas, de diversas edades, se buscaba una rama de un árbol de mediano tamaño o una tablita previamente seleccionada; se escogía a un líder o capitán, quién era el encargado de esconder, la primera vez, el palito mantequillero, en un lugar donde pudiera ser hallado por el resto del grupo.
Para ello el líder o capitán, seleccionaba un lugar donde esconder el palito mantequillero, sin que el resto del grupo viera, puesto que debían colocarse de espaldas. Cuando el capitán daba la orden, la cual consistía en decir las palabras “Palito mantequillero, el que lo halle echa cuero”, todos los niños salían en su búsqueda y el capitán señalaba con las palabras «frío» (cuando estaban muy lejos del lugar donde se escondió el palito) tibio (si estaban cerca) o «caliente (si en cambio estaban muy cerca del sitio) incluso, a veces el líder o capitán, decía el nombre del niño o niña, que estaba tibio o caliente. .
El niño o niña, que lo conseguía debía perseguir al resto del grupo, hasta tocar a alguno “echándole cuero”, cuando esto sucedía, quien había sido tocado, pasaba a ser el capitán o líder y así se reiniciaba el juego, escondiendo nuevamente el palito mantequillero, hasta que surgía el cansancio, el fastidio o cuando los llamaban…. ¡Muchachos a comeeeeeeer!
Desde luego, que hay otra versión diferente a la de Cumarebo, lo que sucede es que, en mi pueblo, tenemos la buena o mala costumbre de cambiar las cosas y este juego no es la excepción.
Miguel Alberto Zurita Sánchez ¡Al rescate! – Coro 20 / 02 / 2.020.
2 Comentarios
TuMónica L Márquez C
En Cabimas jugábamos igual palito mantequillero
Mamá debía bañarme
El sudor tierra y olorcito no era a mantequilla!
Y eso se jugaba luego de clases
Y aún tuve tuve Dos turnos en escuela de campo pretrolero
Maria
Juegos que se hacían sin ninguna mala intención, solo divertirse sanamente, hay que rescatar esa manera de diversion sana, y poder contribuir en algo para evitar esos juegos que son dañinos a la mente y de paso hasta criminales