Costumbres y Decires

COSTUMBRES Y DECIRES… Rescatando la venezolaneidad. En el capítulo de hoy: «¡Al rescate de tres palabras, dos decires y unos duendecitos con su juego danzante!». Por Miguel Alberto Zurita Sánchez y «¡Ah guena Taparuca! (en decires) y Cada trece de Junio (en costumbres)» Por Enmanuel Camejo Zavala

Hoy en Decires y Costumbres un capítulo doble, para que nos llenemos de venezolanidad.

I- ¡Al rescate de tres palabras, dos decires y unos duendecitos con su juego danzante!


Es interesante encontrarnos como el efecto del tiempo, aplicado de diferentes formas, va poco a poco logrando borrar o transformar la superficie de un terreno, pongo un ejemplo, en la carretera Falcón – Zulia, hay una curva que llaman la curva de la hicotea, en principio eran sólo dos piedras, las cuales al observador ubicarse, desde cierta perspectiva, se veía una formación parecida a la de un quelonio, después a alguien se le ocurrió agregarle piedras para formar las patas y pintarle, a la piedra grande, rayas blancas en un fondo azul, que formaron cuadros, de esa forma tenía mucho más parecido al animal, pero hubo un momento, que algo sucedió y la piedra, que hacía de cabeza se desplazó, dejando solo al caparazón y las patas, hoy en día no se si existe el monumento, lo que si se es que la curva de la hicotea, aún está en el sitio.
De igual manera la acción del tiempo, con nuestra contribución, desde luego, va transformando o borrando, las costumbres, decires y tradiciones, a lo largo y ancho de nuestra Venezuela.

Por eso hoy traigo para rescatar:

Tres palabras


Ambamente: ambos, reciprocidad, correspondencia mutua de una persona o cosa, con otra.
Basirruque: No ¡qué va! – Absolutamente y definitivamente no.
Nipunonipotro: Ni para uno ni para otro. En esta palabra se demuestra y nutre la maldad. Es igual que decir, ¡Bueno, si no es para mí, tampoco será para otro(a). En muchos casos se aplica para eliminar lo conseguido, para que nadie lo aproveche, con una mezquindad que no tiene límites. Utilizan esta expresión, quienes no conocen ni saben el significado de la palabra compartir.

Dos decires

Dar picón: Cuando una chica, dama o señora, con atuendo de falda corta, estando sentada y al moverse cruzando las piernas o, simplemente, abrirlas, deja ver lo que tiene o no debajo.
Me retrató o me retratates: Me sacó una foto con la cámara oculta, porque andaba sin pantaletas y la falda la tenía arremangá (enrollada) y cuando acordé ¡Zas!. Abrió las piernas y se le vio el que te conté. Me imagino como saldría de feo, después de ver ese cuadro.
Era, más o menos el relato, que se hacía, cuando una chica, sin querer o queriendo, daba un picón.
La cámara no tenía rollo
ni pantaletas tampoco
abrió el lente y abrió las piernas
que casi me vuelvo loco.

Y una manifestación cultural (dos en una)

«Los Chimichimitos»


Los Chimichimitos y el Tamboré
Esta es otra manifestación tradicional procedente del oriente de Venezuela. Danza-juego que se usa mucho en los actos de preescolar, cuenta con diferentes parejas de personajes, que danzan al ser nombrados a medida que se va desarrollando la canción. Según las leyendas de la isla de Margarita, Los chimichimitos no eran otra cosa, sino seres del otro mundo, que frecuentaban las regiones playeras, especialmente aquéllas donde habitaban marinos y pescadores.
Se comentaba, que en las noches de luna clara, recalaban con mucha frecuencia cantidades de chimichimitos, que corrían por las orillas del mar, revolcándose en las arenas y efectuando infinidad de juegos, parecidos a los que ejecutan los niños de la tierra. Muchos juraban haberlos visto bailando El Sepeserepe, La Pava Loca, El Tamboré y La Ronda, agarraditos de las manos formando círculos o ruedas grandísimas; igualmente jugando La Candelita, La Balasentá, El Cucambé, El Talión, El Tibiribirón, El Zapizapato, El Pirinduñe y La Cañabereca.
Se cuenta, que los chimichimitos, eran espíritus de niños muertos, en el vientre de las madres o antes de recibir el bautismo, que se han convertido en duendecitos y que por no haber logrado ver la luz del día ni percibir el pecado terrenal, no se dedicaban a hacer maldades ni a practicar enamoramientos, como los otros duendes. También se decía que, algunas veces, entonaban melodías bellísimas que adormecían a los inocentes y a los peces pequeños, los hacían acercarse hasta la playa, donde se varaban y morían del encantamiento. Aunque existe también una versión de la historia que dice, que tratan de atraer a los niños con juguetes y golosinas para llevárselos en unas cuevas oscuras para una penitencia eterna.
El baile de los chimichimitos más conocido es El Tamboré, el cual consiste en formar un círculo o semicírculo de niños y niñas, representando a cada personaje, mencionado en la letra de la canción, van formando parejas femenina – masculino, en la medida que van siendo mencionados los personajes, los cuales van pasando al centro de círculo, donde bailan en pareja y luego se retiran al ser sustituidos por otra, al mismo tiempo que ocurre esto, cuando el coro dice “tamboré”, los que están rodeando a la pareja de turno, hacen un movimiento o una especie de venia hacia delante, así transcurre la danza – juego y finaliza cuando todas las parejas han participado.
Hoy en día, han creado una “versión moderna” haciendo una especie de mix, entre la canción tradicional y diferentes géneros musicales, incluyendo reggaetón, eso obviamente, con la aprobación de las autoridades de los planteles, donde se presenta.
Estoy casi seguro de que, en la mayoría de los casos, desconocíamos las historias o leyendas detrás de ésta danza – juego, pero indistintamente de lo que dicen las historias o leyendas, acerca de las buenas o malas intenciones de los duendecitos “chimichimitos”, indudablemente es una manifestación folclórica más, que hay que depurar y rescatar.

Los Chimichimitos

Miguel Alberto Zurita Sánchez ¡Al rescate! – Coro 23 / 01 / 2.020

II- ¡Ah guena Taparuca! (en decires) y Cada trece de Junio (en costumbres)

¡¡¡AH GUENA TAPARUCA!!!


Corrían los años 70 ligeros, sin prisa y en un pocito formado en un recodo del caño que llegaba a la playa, en Puerto Gutierrez, Miramar, en el Estado Falcón, Cheo “el de Tulia”, Luis “Cuco” Homes, Manolo Camejo, Pablito Homes y Mervis “Can Can” Cuenca, echaron sueños (y la carnada de medio bisure) amarrados a un nylon de pesca, para ver si ese día «había suertes» y se llevaban el botín de aquel caño… ¡La Gran Taparuca!. Aunque Taparuca para los llaneros es una Gallina criolla, gorda en carnes, y “lista pal sancocho”, la gran Taparuca que esperaban pescar los muchachos, era un «mítico» langostino de mas de 10 centímetros que siempre se comía las carnadas, pero que en aquella mañana todo sería diferente, cuando al grito de: ¡¡¡Ah guena Taparuca!!!… Cheo “el de Tulia”, pescaría al gigante y escurridizo langostino.

Cada trece de Junio

Cada 13 de Junio, es un día de júbilo, para los dabajurenses de nacimiento y de corazón que tienen aún sus raíces sembradas en este bello pueblo del occidente falconiano; en este día los devotos y fieles creyentes de San Antonio asisten al templo desde muy temprano para venerarlo y rendirle honor, con sus muy tradicionales Hábitos de color marrón, para agradecerle por un favor o un milagro concedido, también todos ansiosamente esperan su pan, “el pancito de San Antonio “, como muchos le dicen; y todos al unísono cantan y corean el himno escrito por el maestro Rogerio Espinoza, quien con pluma en mano decidió rendirle homenaje de manera muy especial a través de estas notas: “San Antonio Patrono bendito, nuestro pueblo te viene a ofrendar, este himno de notas sencillas, cual las rosas que adornan tu altar , nuestras almas a ti se encaminan, Cual la nave a la estrella polar”…
Desde el occidente, el centro y la zona oriental del país se trasladan a Dabajuro miles de visitantes quienes llegan para venerar la imagen bella de San Antonio, y a pedirle con urgencia les conceda un favor.

(Fuente: Documental sobre San Antonio y Dabajuro, de Lourdes Díaz Guerere y el Lic. Robert Díaz)

Lourdes Diaz Güerere: «Documental Dabajuro: San Antonio patrono de los dabajurenses»

Enmanuel Camejo Zavala

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