CARPE DIEM. Por Enmanuel
CARPE DIEM
El tiempo se detuvo
en el preciso instante del beso.
¿Acaso dos labios que se juntan,
no son otra cosa
que el comienzo del conjuro?
(la justa antesala a una «pequeña muerte»).
El futuro se pospuso
y un avasallante presente
le dió la razón a Horacio:
«Carpe Diem».
Entonces ya no hubo excusas.
Dos cuerpos rodaron sobre si mismos
haciendo incienso con sudores.
¡Bendito sea
el Dios Altísimo!
Enmanuel
3 Comentarios
Mónica Márquez
Bello mi hermano
Verónica Mancillo
Hermoso, artístico y erótico.
Letra, música e imagen conciliando un especial arte.
Buen post
Ambar Berg
¡Wao! Erotismo y poesía