Letras

Cuentos de carretera: «La Viejita de Ventura». Por Enmanuel

«De saber quién fue en realidad, es difícil saberlo»

La Viejita de Ventura

De saber quién fue en realidad, es difícil saberlo. Todo el pequeño mundo que giraba a su alrededor la conocían como «La Viejita de Ventura».

Mojino el color de su piel, muy delgada, de larguísimos cabellos blancos, ojos siempre abiertos y enmarañados por densas cataratas. De oído finísimo (escuchaba los padrenuestros que aún resaban los difuntos a sus difuntos). Acostada en su Chinchorro azul y desteñido o sentada sobre un viejo taburete de ordeño. Siempre detrás del viejo y nudoso Almendrón, del que recogía los frutos maduros del suelo y los chupaba hasta la fibrosa semilla, ayudada por su lengua añosa y sus desnudas encías.

La Viejita de Ventura, probablemente pasaba con creces los 100 años de edad, y llamaba madrina, con una infantil ternura, a «Abuelita Pepe», la abuela consentida de los Reyes Zavala y los Camejo Zavala, que escasamente llegaba a 80 años.

Una noche, dicen que Juan Primito pasó con una bandada de rebullones errantes y la montó en el más silencioso de ellos, para que en su viaje al más allá, pudiera seguir escuchando los padrenuestros que aún resaban los difuntos a sus difuntos.

Enmanuel

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