Microrelatos

Aquel hombre. Por Enmanuel

Aquel hombre, de mirada triste, rostro surcado de arrugas, alma extraviada en los oscuros laberintos de la existencia, miró al sol que se elevaba en su cenit y sintió que en un tropel se vinieron, de quien sabe donde, todos sus recuerdos de niño.

No hubo tregua aquel mediodía, fué como una fiesta inesperada (jamás imaginada) cuando aquel hombre, de mirada triste, rostro surcado de arrugas y alma extraviada en los oscuros laberintos de la existencia, pudo sonreir otra vez.
Enmanuel

Sueño de una niña grande. Aldemaro Romero y su Onda Nueva

Un comentario

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *