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El miedo. Por Enmanuel Camejo

Miedo, dolor y muerte siempre se han imbricado en «el tejado» del sentimiento originario del Hombre.
Nadie sabe, a ciencia cierta, cuando y por cuál causa, se originó el primer sentimiento de miedo en la humanidad, sin embargo para la neuro ciencia… «el origen del miedo se encuentra en el sistema límbico, donde residen las emociones. Obedece a un mecanismo hormonal que se desencadena en la amígdala central produciendo una reacción anestésica que prepara al sujeto para el peligro» (Cadena SER.com).

Etimología del miedo

«Todos conocemos la palabra inglesa Fear, «miedo». En Inglés Antiguo no existía en esa forma específica, sino bajo el adjetivo færan, que normalmente se traduce por «aterrador»,  fær, «calamidad», y fyrhto, tal vez el más parecido de todos al fear moderno.

En el Antiguo Sajón tenemos otra variante: faron, que designaba un estado de espera, inquietud, y acaso de inminencia; ya con un significado ligeramente distinto.

En Antiguo Alemán las cosas ya se tornan completamente diferentes. Por allí existía el término faren, «complotar», y feraz, «peligro». Los viejos norsos utilizaban la palabra færa, «burlar», y far, «daño, decepción».

Todas estas voces son los padres del miedo en los países del norte.

Ahora bien, ninguna de estas palabras nos permiten identificarnos con el miedo que intentan definir. No porque el miedo fuese diferente en aquellos tiempos, en todo caso, lo único diferente serían los móviles que lo disparan; sino porque cada pueblo tenía sus formas y costumbres para procesar el miedo.

Nuestra palabra Miedo proviene tal vez del latín Metus. Extrañamente, esta fuente sólo fue utilizada en nuestro idioma y en el portugués. El resto de las lenguas que bucearon en el latín para hallar una definición para el miedo eligieron como raíz la palabra Paura, «pavor»; por ejemplo en el francés paur.

¿Por qué esta distinción? ¿Por qué eligir una denominación distinta para algo tan universal como el miedo? Nadie lo sabe realmente. Pero quizás las cuestiones de género hayan jugado un papel preponderante en este asunto.

Todas las lenguas que abrevaron el término latín Paura le asignan al miedo una naturaleza femenina.

En todas esas lenguas el miedo es mujer»

Fuente: espejogótico.blogspot.com

Muestra pictórica del miedo

Vincent van Gogh, Calavera con cigarrillo, 1886
Salvador Dalí, El rostro de la guerra, 1940
William Blake, El fantasma de una pulga, 1819-1820
Théodore Géricault, La loca, 1819-1822
«El deterioro de la mente a través de la materia» (1973) – Otto Rapp
«Gallowgate Lard» (1960) – Ken Currie
«El dragón rojo y la mujer vestida de Sol» (1810) – William Blake

Música y miedo

EL TRINO DEL DIABLO. Tartini
CASTILLO DE DRÁCULA. Nox Arcana

«Que el miedo solo sea en tu vida expectativa por lo desconocido»

Enmanuel Camejo

3 Comentarios

  • Miguel Alberto Zurita Sánchez

    ¡Muy bien Mano Lo!
    De acuerdo a la evolución, los evolucionistas y algunos de sus principios, en este caso específico “el cerebro humano”, han establecido que nuestro cerebro sea Triuno y que anterior, al sistema Límbico o cerebro Emocional, está el sistema o cerebro Reptil, el cual es el que no lleva a actuar de la forma más básica, siendo una de las características más predominantes, la defensa de nuestro territorio, que bien pudiera interpretarse como un reflejo del miedo, a la pérdida de autonomía o daños y perjuicios al ego, que son de hecho, dos de los diferentes tipos de miedo, que compartimos todos los seres humanos normales.
    En cuanto al género, asignado como femenino, recordemos, que el estudio y las ciencias fueron reservados a los “hombres”, razón por la cual cualquier defecto, que se encontrase en el ser humano, de forma psíquica, física o espiritual, de inmediato el machismo patriarcal brotaba y exacerbaba, agregando cada vez más máculas a la mujer y su género.
    Buena muestra pictórica.
    Buena música.
    Buen artículo, amigo.

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