Opinión

«¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer sino bochinche!». Por Enmanuel

¡Bochinche, bochinche!

«¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer sino bochinche!»

El pueblo de La Guaira apenas amanecía. Era el 31 de junio de 1812, cuando Francisco de Miranda, ante la advertencia lapidaria de Simón Bolivar con la frase: «¡Dese preso, General!», es detenido por un grupo de militares patriotas encabezados por el mismo Simón Bolívar, acompañado por Manuel María Casas y Miguel Peña, entre otros. «El Generalísimo», perplejo, confundido y hasta indignado por aquella inesperada afrenta de su mismo bando, solo alcanza a decir: «¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer sino bochinche!».

Hoy, 208 años y casi 8 meses después de aquella profética exclamación, Venezuela (desde su clase dirigente hasta el mas común de sus pobladores) parece no haber cambiado esa particular y patológica filosofía existencial.

Bajo el puente de la historia política nacional, han pasado dictadores, montoneras, ególatras, borrachos, delincuentes, manipuladores, megalómanos, milicos corruptos y envalentonados con el poder que le dan sus armas, amén de un pueblo que endiosa y después apedrea a esos mismos dirigentes que los mantuvieron a fuerza de «pan y circo» (la mas de las veces mas «circo» que «pan»).

Un pueblo que se acostumbró al regalo y la dádiva populista de los burócratas de ocasión. Un pueblo que se hizo cómplice tácito de la depredación centenaria del país. Un pueblo que llena bares y templetes de viernes a domingo y luego hace indignantes colas (de lunes a jueves) para cobrar la pensión, recibir una bolsa de comida o escasos litros de gasolina. Un pueblo que no quiere darse cuenta (o no quieren que se dé cuenta) que solo el trabajo creador, la sana y benigna costumbre, además del esfuerzo mancomunado, son la única vía para el bien común, la paz social y la seguridad jurídica de un país serio y viable, y no el sempiterno antruejo carnestolendo y bullicioso del ¡bochinche, bochinche! como filosofía de estado.

Enmanuel

LAS COSAS QUE PASAN. Piero

5 Comentarios

  • Miguel Ángel Pérez Carvajal

    Buen artículo con el que estoy de acuerdo. Pienso además que a diferencia de un país normal donde los dirigentes necesitan de la producción de bienes y servicios producto del trabajo para cubrir el gasto público, en Venezuela solo se necesitaba al pueblo para ganar elecciones. La producción petrolera cubría sus necesidades por lo que lo mejor era que el pueblo siguiese siendo lo más analfabeta e incultp posible

    • Nilsa

      Como diría el periodista Carlos Acosta: Así o más claro. Excelente artículo, reflejo de nuestra lamentable y triste realidad en Venezuela.

  • jhonnyroger vargas

    Buenos días cada pueblo se merece lo que escogen o eligen como autoridades bien decía facundo Cabral cada día son más los pendejos

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