¿Son manifestación de odio al Clítoris: la Infibulación, Excisión y Ablación / Mutilación genital femenina?. Por Miguel Alberto Zurita Sanchez
Sin ánimos ni interés, de aparentar ser un experto conocedor de la materia, amén de que a esta página la visitan, una diversa gama de profesionales, entre ellos gente de las ciencias de la salud, además de que estoy muy consciente de lo delicado y controversial del tema, he decidido separar los conceptos o definiciones de los términos, que están dando origen a este artículo, sin embargo creo que no debe hacerse mucho rollo ni complicaciones, porque al final, sea cual sea el término correcto, el trasfondo de este artículo es mostrar, como estas acciones, durante siglos de usanza, mantienen en vilo; por una parte, todas las medidas, acuerdos, mandatos, legislaciones y decisiones acerca de su abolición definitiva y, por otra, la esperanza de la niñas y mujeres, de todo el mundo, por liberarse del horror y consecuencias que estás acciones llevan consigo.
La infibulación.
Es un tipo de mutilación de los genitales femeninos. Consiste en el estrechamiento de la abertura vaginal mediante sutura, en donde los labios son cortados y recolocados, dejando solo una pequeña abertura para la emisión de orina y descarga de la sangre menstrual. Puede incluir o no la extirpación del clítoris (clitoridectomía).
Por lo general es una partera o curandera quien realiza la infibulación, cuando las niñas tienen entre 2 y 7 años de edad. No se utiliza anestesia y es común que las pequeñas desarrollen infecciones ya que las condiciones de la operación no son higiénicas.
La infibulación, llamada también “circuncisión faraónica”, más que definida es descrita así por el Dr. Cordero Marín: «extirpación total del clítoris, labios menores y parte de los labios mayores. Las dos partes de la vulva se suturan con espinos, generalmente con acacia enana, se fijan con cordel, en cierre de corsé, dejando un solo agujero que dé paso a la orina y a la sangre menstrual, asegurando su permeabilidad con un trozo de caña de bambú. La hemostasia (conjunto de mecanismos aptos para detener los procesos hemorrágicos), se realiza aplicando una mezcla, casi siempre de azúcar y goma arábiga. A continuación se adosan ambas piernas amarrándolas hasta la altura de las rodillas. Unas semanas después se quitan los espinos; si la operación no dio resultado se repite de nuevo».
Después del matrimonio la vulva es abierta con un cuchillo, lo que a menudo vuelve a ocurrir en ocasión de un parto. El cierre vaginal vuelve a repetirse cada vez que el esposo desea hacer un viaje.
Cabe destacar, que los procedimientos anteriormente descritos, varían dependiendo del país, etnia, religión y de quien lo realiza.
La infibulación es la forma más extensa de lo que, en varias culturas africanas, se denomina circuncisión femenina.
La finalidad es que las mujeres pierdan la capacidad de sentir placer sexual durante el coito, asegurando de esa manera, que no serán infieles.
El llamar a la mutilación genital femenina “circuncisión femenina”, ha sido objeto de críticas, porque puede normalizar la práctica de ésta al hacerla equivalente a la circuncisión masculina, que no da cuenta de los graves daños físicos y psicológicos que la mutilación femenina entraña.
El resultado es que la mayoría de las mujeres, a las que se les practica la infibulación, desarrollan problemas médicos, desde los quistes dermoides, infecciones urinarias y fístulas, hasta las hemorragias uterinas y otras complicaciones serias, que pueden causarles hasta la muerte.
La exembajadora de la Organización de las Naciones Unidas (1997-2003) contra la ablación, la ex modelo somalí Waris Dirie, quien sufrió una infibulación a los tres años, ha conseguido que esta práctica se haya vuelto ilegal en algunos países africanos, aunque se sigue practicando al margen de la ley.
https://es.wikipedia.org/wiki/Infibulaci%C3%B3n
Excisión
Extirpación quirúrgica, también puede definirse como una extirpación completa pero sin margen de lesión, habitualmente cutánea (biopsia por excisión, por oposición a la biopsia por incisión, la cual solo obtiene, para su análisis histológico, una parte de la lesión).
https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/excision.
La ablación/Mutilación genital femenina. (A/MGF).
Está definida por la OMS, como todos aquellos procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales femeninos externos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos, por motivos no médicos.
Esta práctica es la más extendida y practicada dentro del grupo de costumbres tradicionales perjudiciales, ya que actualmente, estimaciones basadas en datos de prevalencia recientes, indican que 91,5 millones de niñas y mujeres por encima de 9 años de edad, en África, viven bajo las consecuencias de la A/MGF. También se estima que 3 millones de niñas en África, corren el riesgo de ser sometidas a la mutilación genital femenina cada año.
Aunque las razones que se dan para justificar estas mutilaciones varían de un país a otro, en todas estas prácticas tienen las mismas consecuencias: reducen e incluso anulan la capacidad sexual de la mujer, e impiden que ésta se tome «libertades» antes del matrimonio. Actualmente, la excisión y la infibulación se practican en alrededor de 30 países, desde el cono de África y el mar Rojo hasta la costa atlántica y desde Egipto hasta Tanzania, comprendiendo también la mayor parte de Nigeria, los dos Yemen, Arabia Saudita, Irak, Jordania, Siria y el sur de Argelia. Con mucha menos frecuencia se realiza en algunas tribus de América Latina, Brasil, Perú, Colombia y México, así como en Malasia y Pakistán. Como escribe el doctor Gérard Zwan (El sexo de la mujer), «el odio al clítoris es casi universal».
Durante mucho tiempo se pensó que estas prácticas eran patrimonio exclusivo de pueblos con religión musulmana y tenían su fundamento en el Corán. Desgraciadamente se realizan también entre poblaciones cristianas, coptas y animistas y sólo una interpretación tendenciosa y deformada, de algunos pasajes del Corán, permite encontrar en él mismo su justificación. Son realizadas en nombre de la tradición (la ONU las considera “Prácticas Tradicionales Perjudiciales”). Además, su origen es más antiguo, pues ya Heródoto y Estrabón las citaban y aunque no se ha podido confirmar el hecho, de que algunas momias de mujeres egipcias presentaran huellas, de esta «iniciación», sí es cierto que se practicaba en el Alto Nilo en tiempos faraónicos, como lo demuestra un papiro fechado 163 años a.c.
https://elpais.com/diario/1979/03/18/sociedad/290559607_850215.html
Para acortar camino, para mí, Infibulación, Excisión y Ablación, todas son MGF, de modo que pueda enfilar baterías, en una sola dirección y el mismo tipo de munición, además de que junto a estás aberrantes, despiadadas, inhumanas y primitivas prácticas, se une otro castigo, como es el matrimonio infantil, cuyas causas y razones son resaltadas a continuación, en conjunto con las de las MGF´S.
¿Por qué se practica la MGF y el matrimonio infantil?
La mutilación genital femenina (MGF) y el matrimonio infantil, son dos de las prácticas tradicionales más perjudiciales, que afectan con mayor frecuencia a las niñas y mujeres. Las devastadoras consecuencias que tienen para la salud, la educación y la igualdad de las niñas y mujeres, las convierten en obstáculos significativos para el desarrollo. Pero… ¿Conocemos sus causas?
Se pueden enumerar cinco causas:
- Las normas culturales y las prácticas tradicionales son las principales causas de la MGF y el matrimonio infantil.
Estas incluyen comportamientos asociados con razones sociológicas y culturales: religión, roles de género obsoletos, ritos de pasajes, códigos de honor de la familia y la comunidad y mecanismos de justicia. Estas prácticas se han llevado a cabo durante generaciones y están altamente normalizadas, lo que significa, que para cambiarlas es necesario un proceso lento y exigente. El significado social subyacente de la MGF y el matrimonio infantil, puede variar en función del contexto, pero ambas prácticas tienen en común, que son utilizadas como medio para preservar y para potenciar las características que se consideran más “deseables” en las chicas, es decir, la “pureza” sexual de las niñas adolescentes.
La MGF es vista como parte del rito de iniciación, que marca la transición de niña a mujer y como una parte intrínseca de la herencia cultural de una comunidad. Otras son las razones higiénicas y estéticas: En algunas comunidades, los genitales femeninos externos se consideran sucios y feos y se extirpan, ostensiblemente, para promover la higiene y el atractivo estético.
A veces los mitos sobre los genitales femeninos (por ejemplo, que un clítoris no extirpado crecerá hasta alcanzar el tamaño de un pene, o que la MGF aumentará la fertilidad o ayudará a la supervivencia del hijo) perpetúan la práctica. Hay razones de tipo religioso: Aunque ni el islam ni el cristianismo aprueban la MGF, suele utilizarse una supuesta doctrina religiosa para justificar su práctica. - Las normas de género y la desigualdad son otra de las causas de la ablación y los matrimonios.
Las niñas y los niños, a menudo experimentan la violencia de maneras fundamentalmente diferentes, debido a cómo son vistos y valorados por la sociedad. A menudo los niños pueden ser considerados «más valiosos» para la familia como proveedores de ingresos y, como tales, las familias a menudo priorizan la inversión en su educación. A pesar de que cada vez hay más datos que demuestran, que la educación de las niñas y los niños, es igualmente valiosa.
En algunas sociedades, el honor familiar está ligado a la virginidad de una hija. Como resultado, las niñas son obligadas a ser mutiladas, para probar su virginidad o son entregadas en matrimonio, para reducir el riesgo de embarazo extramatrimonial y relaciones sexuales. Existen unas razones psicosexuales: La MGF se realiza como una forma de controlar la sexualidad de la mujer, que a veces se cree, que es insaciable si parte de los genitales, sobre todo el clítoris, no se extirpa. Se piensa que asegura la virginidad antes del matrimonio y la fidelidad después, y que aumenta el placer sexual masculino.
Estos rituales forman parte de un proceso cíclico pues las niñas, en su nuevo “status” corren mayor riesgo de sufrir violencia física, emocional y sexual, así como de restringir las libertades personales y los poderes de decisión.
En cada una de las sociedades, en las que se practica la mutilación genital femenina, ésta es reflejo de una manifestación muy enraizada, que contribuye al mantenimiento de las relaciones de poder y desigualdad de los hombres sobre las mujeres, en el orden social patriarcal, en este caso a través del control y dominio sobre el cuerpo de las mujeres y su sexualidad.
Allí donde su práctica está muy extendida, la MGF cuenta con el apoyo tanto de hombres como de mujeres, que, por lo general, no la cuestionan, y cualquiera que se aparte de la norma puede enfrentarse a la condena, el acoso y el ostracismo. A las familias les resulta difícil abandonar la práctica sin el apoyo del resto de la comunidad. De hecho, se suele practicar incluso a sabiendas de que inflige daño a las niñas, porque consideran que los beneficios sociales son más altos que sus desventajas.
Como otras formas de violencia de género, las MGF´S son una marca de identidad de género en el cuerpo de las mujeres, asociada al mandato de la castidad, la virginidad, la pureza y la limpieza (simbólica y física); una norma social cuyo cumplimiento es necesario para ser parte de la comunidad, el no hacerlo conlleva a las consecuencias mencionadas anteriormente. En muchas comunidades constituyen un rito de paso a la edad adulta (de niña a mujer), que confirma su feminidad y le permite cumplir adecuadamente con su papel de esposa, madre e hija, garantizando el “honor de la familia“.
- La pobreza desempeña un papel importante en la práctica de la MGF y el matrimonio infantil.
En muchas partes del mundo, los padres ven a sus hijas como una carga financiera de su familia, estas prácticas facilitan la salida de la niña de la familia, a temprana edad.
Para muchas familias pobres, son estrategias para la supervivencia económica. Factores socioeconómicos: En muchas comunidades, la MGF es un requisito previo al matrimonio. Allí donde la mujer depende en gran medida del hombre, la necesidad económica puede ser un potente impulsor del procedimiento. A veces la MGF es un requisito previo para obtener el derecho de herencia. “También puede ser una gran fuente de ingresos para los profesionales”. - La falta de acceso a una educación segura y asequible – especialmente más allá del nivel elemental – fomenta aún más estas prácticas ancestrales.
Es un hecho constatable, que estas prácticas se consideran más aceptables en contextos en los que hay limitadas alternativas disponibles, particularmente en la forma de educación y empleo. En Malawi, por ejemplo, casi dos tercios de las mujeres sin educación formal, fueron entregadas en matrimonio a una temprana edad, en comparación con el 5 por ciento de las mujeres que asistieron a la escuela secundaria o niveles superiores de educación. - La MGF y El matrimonio infantil, como salvaguardia.
En las comunidades donde las niñas corren un alto riesgo de abuso y violencia, las familias a menudo creen, que estas prácticas pueden garantizar su seguridad. En contextos frágiles, es probable que los padres consideren estas estrategias para proteger a sus hijas de las dificultades y la incertidumbre. En los entornos inestables y afectados por el conflicto, las niñas son particularmente vulnerables a la violación, la violencia sexual, los embarazos prematrimoniales no deseados, la falta de vivienda o el hambre, lo que empuja a las familias a creer que mutilarlas y entregarlas al matrimonio son la única opción.
Por estos motivos, la práctica de la MGF es considerada por las comunidades, que la practican, como beneficiosas para las mujeres y niñas, ya que es un requisito imprescindible de pertenencia a la comunidad: les otorga la condición de mujeres “respetables” y asegura que su cuerpo será “más adecuado” para ello (“más limpio”, “más sano”, mayor satisfacción sexual para el marido, hijas e hijos más sanos). Más aún cuando en general, las mujeres y la comunidad NO relacionan, con su práctica, los problemas de salud de mujeres y niñas, derivados de la mutilación genital femenina.
El arraigo social y cultural sobre el que se sustenta y reproduce la práctica de las MGF´S en una comunidad, nos da una idea de las causas por las que se continúa manteniendo. El conocimiento de estos argumentos permite, a los especialistas de UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), elaborar, desde el ámbito profesional, claves y estrategias de prevención dirigidas a promover un cambio de valoración y actitudes, que lleven al abandono de la MGF.
Para la ONU, es una tradición cultural, no religiosa, que responde a varias razones, entre ellas, sexuales -para controlar o mitigar la sexualidad femenina-, psicológicas -en algunos casos como ritos de iniciación de las niñas a la edad adulta-, de higiene y estéticos -por creer que esta zona femenina es sucia-, de salud -por considerar que supuestamente aumenta la fertilidad y hace el parto más seguro- o religiosas -ya que para algunas creencias se trata de un precepto-.
http://www.stopmutilacion.org/por-que-se-realiza-la-mutilacion-genital-femenina/
https://www.worldvision.es/actualidad/blog/causas-de-la-mutilacion-genital-femenina
¿Por qué es peligrosa la MGF para mujeres y niñas?
La mutilación genital femenina no tiene beneficios para la salud y, a menudo, deriva en complicaciones médicas a largo plazo, que van desde dolor intenso, hemorragias prolongadas, infecciones o infertilidad, hasta la muerte. Además, puede aumentar el peligro de transmisión de VIH. Las mujeres que han sido mutiladas pueden sufrir complicaciones al dar a luz a un bebé, como hemorragias posteriores al parto, muertes fetales o muertes prematuras de recién nacidos. Además de los peligros físicos, la MGF constituye una violación de los derechos humanos fundamentales de mujeres y niñas.
¿Cuál es la prevalencia de la mutilación genital femenina?
Aunque sigue sin conocerse el número exacto de mujeres y niñas víctimas de MGF en todo el mundo, al menos 200 millones de niñas mujeres de edad comprendida entre 15 y 49 años, procedentes de 30 países, se han visto sometidas a esta práctica. De esos 200 millones, más de la mitad viven en tres países: Egipto, Etiopía e Indonesia, países que entre los tres reúnen cerca de la mitad de los casos. La práctica está casi generalizada en Djibouti, Guinea y Somalia, donde más del 90% de las mujeres y las niñas, son víctimas de alguna forma de mutilación genital.
A menos que se acelere la acción para poner fin a la mutilación genital femenina, otras 68 millones de niñas habrán sido afectadas para 2030.
“Puedo recordar todo, cada pequeño detalle de ese día, esos momentos. Todo está todavía en mi cabeza, dónde sucedió, quién me sujetó, el balcón sobre mí. Y cómo fue todo enmascarado por una fiesta con regalos y música». Mariam, de Yibuti en francés; Djibouti, en árabe.
¿Cómo está evolucionando la práctica?
En varios países, los médicos calificados ahora desempeñan un papel importante en el desempeño de la MGF. Más de 20 millones de mujeres y niñas, en solo siete países se han sometido a una mutilación genital femenina, por parte de un proveedor de atención médica. Asignar un carácter médico a la práctica no la hace más segura, ya que aun así elimina y daña los tejidos sanos y normales e interfiere con las funciones naturales de los cuerpos de las niñas y las mujeres. A éstas acciones, es lo que se conoce como la medicalización de la MGF.
Según la OMS, la medicalización de la MGF, ocurre cuando este procedimiento lo realiza un proveedor de atención médica, como un trabajador sanitario de la comunidad, una enfermera o un médico. La MGF medicalizada puede llevarse a cabo en una clínica pública o privada, en casa o en cualquier otro lugar. También incluye el procedimiento de la reinfibulación en cualquier momento de la vida de una mujer.
En 2010, se publicó una estrategia global conjunta entre agencias, para evitar que los proveedores de atención médica practiquen la MGF. En 2016, la OMS también publicó pautas sobre el manejo de las complicaciones de salud relacionadas con la mutilación genital femenina. Esta estrategia refleja el consenso entre expertos internacionales, entidades de las Naciones Unidas y los Estados Miembros que representan. Además, el compromiso global, de eliminar todas las formas de mutilación genital femenina para 2030, está claramente articulado en la meta 5.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Qué hace UNICEF para eliminar esta práctica?
Poner fin a la mutilación genital femenina requiere trabajo en muchos niveles, incluida la acción de las familias y las comunidades, los servicios de protección y atención a niñas y mujeres, las leyes y el compromiso político a nivel local, regional, nacional e internacional.
UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) dirigen conjuntamente el mayor programa mundial «Acelerando el Cambio”, para erradicar la MGF. El programa promueve políticas y leyes de tolerancia cero, al tiempo que trabaja con los profesionales de la salud, para eliminar la mutilación genital y asistir a las mujeres y niñas, que han sido sometidas al procedimiento. Datos recientes revelan, que en países donde prevalece esta práctica, la mayoría de hombres y mujeres están en contra, pero suelen ocultar sus creencias por miedo a que sus comunidades los rechacen. A fin de cambiar esas percepciones, el programa conjunto de UNICEF y el UNFPA, trabaja con las comunidades para hablar abiertamente de la práctica y expresar su apoyo para eliminarla.
¿Qué resultados se han obtenido?
Desde cuando se estableció el programa conjunto de UNICEF y el UNFPA en 2008, se han aprobado leyes nacionales para la prohibición de MGF en 13 países. Además, gracias al programa, más de 3.3 millones de niñas y mujeres obtuvieron acceso a servicios de prevención, protección y tratamiento. Como resultado de un compromiso liderado por la comunidad, más de 34.6 millones de personas en más de 21.700 comunidades hicieron declaraciones públicas contra la mutilación genital femenina.
Durante las tres últimas décadas, se ha registrado un descenso general de la prevalencia de la mutilación genital femenina, que está favoreciendo un gran impulso. Si seguimos actuando como hasta ahora, podremos trabajar juntos para erradicar la práctica para 2.030.
https://www.unicef.org/es/historias/lo-que-debes-saber-sobre-la-mutilacion-genital-femenina
¿Se practica la MFG en América Latina?
En América Latina también se han constatado evidencias de esta práctica, especialmente en algunos pueblos indígenas y afrodescendientes, como la comunidad Emberá, la cual habita en las selvas de las llanuras del Pacífico, sobre todo en la zona de Colombia y, en menor medida, en Panamá.
En las comunidades indígenas Emberás, presentes en los 18 departamentos de Colombia que conforman la llamada “Gran Nación Emberá”, la MGF se realiza en el momento del nacimiento de la niña, ya que se considera necesaria, para que las menores no se vuelvan “sexualmente promiscuas”. Se cree que si no se corta, el clítoris podría crecer hasta alcanzar el tamaño de un pene, provocándoles el deseo de acostarse con otras mujeres. Además, para los hombres emberás chamís (ubicados en los departamentos de Risaralda, Caldas y Antioquia), una mujer tiene que haber sido “curada” (mutilada) para considerarla deseable.
Causa de muerte para las recién nacidas
En marzo de 2007, una bebé Emberá, falleció por desangramiento en un hospital de la localidad de Pueblo Rico después de que le cortaran el clítoris. Aquel mismo año, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) – de acuerdo con el Consejo Regional Indígena de Risaralda (CRIR), el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Defensor del Pueblo – lanzó un proyecto con la intención de eliminar la MGF en Colombia. La iniciativa llegó a unas 5.000 personas y consiguió tener el apoyo de las autoridades, pero la iniciativa no se implantó en los otros departamentos del país donde viven los Emberás.
Desde entonces, las autoridades del pueblo Emberá – Risaralda, ordenaron en varias ocasiones la suspensión de esa práctica, amenazando con sanciones que iban de seis meses a tres años de trabajos comunitarios. Sin embargo, es sabido que la MGF sigue practicándose en Colombia, en parte, por las dificultades de detectarla al aplicarse en un contexto privado y de extrema intimidad.
La última víctima a causa de la MGF en esta comunidad, se registró el pasado 2 de enero, cuando una guagua (Coloquialmente. recién nacida) de seis días, falleció en un hospital del oriente de Bogotá, producto de una infección luego de que su madre le practicara la MGF. La pequeña perdió mucha sangre y terminó muriendo.
El mito de la vagina dentada
La antropóloga de la Universidad de Chile, María Elena Acuña, explica a El Desconcierto, la tensión que provoca para los pueblos indígenas, las demandas entre el respeto a la tradición y la identidad versus los derechos de las mujeres. “Hay que pensar que no porque sean parte de la tradición, estas prácticas no pueden cambiar, porque las tradiciones están permanentemente recreándose y pueden transformarse sin que eso tenga que dañar el corazón de la identidad y la cultura de los pueblos indígenas”, sostiene. Para ella, hay que encontrar un “equilibrio” entre avanzar en derechos de las mujeres y el respeto a las prácticas que se ven muy amenazadas por la globalización cultural.
Según la académica, en todas las zonas de la Amazonía existe un mito recurrente, que podría asociarse con la práctica de la MGF: “el mito de la vagina dentada”. Un artículo publicado en la revista científica sobre Estudios de las Mujeres, “Raudem”, expone detalladamente esta creencia.
“El clítoris, un órgano con infinidad de terminaciones nerviosas y que mediante su estimulación brinda a la mujer la posibilidad de experimentar gran placer sexual y llegar al orgasmo, ha sido demonizado en determinadas sociedades, considerándosele como un órgano peligroso, cuyo contacto puede resultar fatal. Así, de acuerdo con ciertas creencias culturales, si durante el parto el clítoris toca la cabeza del niño, este puede morir o quedar afectado con trastornos mentales. También se sostiene que el clítoris puede dañar gravemente al hombre durante el momento del coito o incluso producirle la muerte”, sostiene en el texto el profesor de psicología de la Universidad del País Vasco, José Martín Amenabar Beitia.
El académico explica, que precisamente estas consideraciones acerca del clítoris, remiten al mito de la vagina dentada, que sostiene que las mujeres poseen una vagina “dotada con dientes, con capacidad para atrapar y devorar el pene, por lo que, el héroe de turno, se lanza a la labor de derribarlos o extirparlos, con la finalidad de conjurar la amenaza castradora de la vagina y pasar así, a la posición de dominador en la relación (sexual)”. Según él, “la ablación del clítoris se presenta como el mecanismo por el cual, el hombre afectado por un gran complejo de castración, intentaría hacer desaparecer el carácter amenazador de los genitales femeninos, para convertirlos en un cruel ejercicio de domesticación, en un espacio habitable o gobernable para el pene“.
Más allá de las teorías y mitos del por qué, la MGF sigue siendo una realidad en pleno siglo XXI, está claro que la práctica no desaparecerá, si las propias mujeres no se implican en su erradicación, sobre todo, las mujeres que la han sufrido y que son parte de las comunidades donde se lleva a cabo.
María Elena Acuña destaca que, precisamente, “la reflexión más importante se ha dado por mujeres que pasaron por esta experiencia y, en un proceso de occidentalización, de toma de consciencia o de conocimiento de otros discursos y lógicas, han empezado a entender, que lo que sucede con ellas es una vulneración de sus cuerpos”. Y sentencia: “Las propias protagonistas están diciendo esto no”.
En este sentido, la antropóloga destaca el rol del feminismo indígena de América Latina, que se articuló desde hace varios años, entorno a lo que significa la equidad para las mujeres indígenas, en comunión con sus prácticas, tradiciones y el reconocimiento a sus autoridades.
Sin duda, si Colombia quiere cumplir con el compromiso adoptado con la ONU de erradicar definitivamente la MGF para el año 2030, las mujeres indígenas, nacidas y por nacer, tendrán un papel fundamental en eso. Sólo con ellas, el fin de esta práctica será realmente efectivo y el placer estará, finalmente, al alcance de todas.
www.eldesconcierto.cl/2018/02/06/por-que-se-practica-la-mutilacion-genital-femenina-en-america-latina/
Mi opinión
Después de hacer una revisión, más o menos, detallada acerca de las MGF´S, orígenes, causas, repercusiones y cuanto abarcan, en el campo territorial, político, social, educativo, religioso, económico, sociológico y psicológico, puedo decir, que estamos en pañales, en términos de acciones concretas, que ayuden a la erradicación de las MGF´S.
Creo que hay factores fundamentales, que hacen mucha presión, para mantener la desigualdad de género y, por encima de eso el factor económico, más con la implementación de la medicalización, la cual hace, que las MGF´S tomen un cariz legal.
Imaginemos a gente de la salud, que tirando en cualquier parte su ética humana y profesional, por unos cuantos USD, se dediquen a poner en práctica las mutilaciones genitales femeninas. ¿Cuánto dinero representan los millones de niñas, que hay para mutilar? Inclusive, estando a favor de la erradicación, pero para el 2030 y mientras llega ese tiempo ¿Cuántas cuentas engordarán a costa de mutilar genitales de niñas?
En Venezuela, en realidad este, no es un tema, la ciencias sociales se han dedicado más, al asunto político y económico, que a otra cosa, incluidas las MGF´S, por otra parte, es cierto, que la migración desde nuestro país ha ocupado y llamado la atención de muchos, sin embargo, la recepción de migrantes en Venezuela, no se ha acabado, por lo que tenemos una nueva cantidad de nativos del oriente medio, residiendo entre nosotros y emparejándose con algunas de nuestras coterráneas, además de un auge, muy interesante de la religión musulmana; en estos tiempos vemos, con bastante frecuencia, muchachas nativas llevando Hiyab, que es un símbolo de modestia y privacidad en el islamismo, lo cual no está mal, además tenemos libertad de culto, sin embargo hecho a volar mi imaginación y me hago esta pregunta ¿Qué tal si hay algo, que conlleve a aceptar todas las prácticas que se imponen? Cuando se da la aceptación del islamismo, como su nueva religión, no olvidemos que hay malas interpretaciones, tendenciosas y deformadas de partes del Corán, que sirven de base a la justificación de las MGF´S. ¡Ojo no estoy diciendo, que eso esté pasando! ¡Como hay de todo en la viña….. Es sólo imaginación!
El trabajo que tenemos, los que estamos en defensa y a favor de la erradicación de la MGF es titánico, porque debe partir desde el combate en nuestro interior, donde hay tantas creencias y paradigmas, las cuales casi se han hecho genéticas, hasta poder manifestar de forma libre, pura y sin complejos, con nuestros pensamientos y acciones, que «ya está bueno y no más MGF». Es cuestión de educación y el resultado bien merece el esfuerzo.
Finalmente he llegado a la conclusión, en que estoy de acuerdo con el Dr Gérard Zwan , «el odio al clítoris es casi universal», no sólo en los países que ya mencioné, sino también en algunas regiones de países Europeos y de EEUU.
¡Cuidado, que la razón de tanta maldad, agresividad, obsesiones, frustraciones y cualquier cantidad de emociones negativas, pueden tener su explicación y raíz, en el odio!
Me despido con una frase de una bailarina y coreógrafa estadounidense, considerada por muchos como la creadora de la danza moderna, la inmortal Isadora Duncan.
Miguel Alberto Zurita Sánchez. ¡No Más MGF´S! – Coro 03 / 03 / 2.020.
3 Comentarios
Miguel Alberto Zurita Sánchez
¡Gracias Ambar, por la distinción manifestada en el comentario! ¡Por y para la dignidad de La Mujer!
¡Leyes para Mujeres, hechas por hombres……..Eso no es absoluto y, si hay algo en lo que hay que ser absoluto, es estar a favor de La Mujer!
Reitero mi agradecimiento.
Torcuato Da LucaTena
Usted cada día me sorprende mas. De alta factura su artículo.
Ambar Berg
Muy bueno. Digno de National Geographic