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«La explicación de Carl Sagan a su hija sobre la inmortalidad y porqué somos polvo de estrellas» (Tomado de @informacosmos)

«Sasha de apenas 6 años se acercó a Carl…»

La explicación de Carl Sagan a su hija sobre la inmortalidad y porqué somos polvo de estrellas

Una tarde de invierno, Sasha de apenas 6 años se acercó a Carl y, fiel a la curiosidad innata de nuestra especie de ir tras la respuesta a cualquier interrogante, especialmente durante la infancia, le preguntó sobre sus padres. Ella conocía a sus abuelos maternos y convivía regularmente con ellos, pero nunca experimentó algo parecido desde el lado paterno.

–»Papá, ¿Por qué no conozco a tus papás como a mis otros abuelos?»
Ante la interrogante repentina de Sasha, Sagan miró a la pequeña y respondió con un tono de melancolía:

–»Porque murieron»

La inocente Sasha pudo percatarse del cambio en el semblante de su padre, que después de un profundo suspiro, sonrió al mirarse reflejado en las enormes pupilas de la niña. Ella lo observó con detenimiento, atención y una desbordante curiosidad, misma que caracterizó al escritor de «Dragons of Eden» (1977) durante toda su vida.

Carl afirmó que no había nada que deseara más en el mundo que ver a su madre y a su padre de nuevo, pero que no tenía ninguna razón ni prueba para creer que podría ser así y por lo tanto, no podía caer en la tentación de un autoengaño.

Sin comprender del todo, Sasha frunció las cejas en señal de confusión y soltó un escueto «¿por qué?».

Su padre la miró con ternura, pero con el convencimiento de que ella sería capaz de entender a lo que se refería y le explicó cuán peligroso podía ser creer cosas solo porque queramos que sean verdad.

«Es muy fácil ser engañado si no te cuestionas a ti mismo y a otros, especialmente a las personas con una posición de autoridad», continuó. «Todo lo que es real puede resistir a cualquier prueba».

«Tú estás viva en este segundo. Eso es algo increíble», le dijo. La pequeña se mantuvo escéptica y su padre continuó:

«Si tenemos en cuenta el número casi infinito de posibilidades y caminos que conducen a nacer a una sola persona, debes estar agradecida de ser tú misma este preciso instante. Piensa en el enorme número de posibles universos alternativos en los que, por ejemplo, tus tatara-tatara-abuelos nunca se encontraron y tú nunca llegaste a existir. Tienes el placer de vivir en un planeta en el que has evolucionado para respirar el aire, beber el agua y adorar el calor de la estrella más cercana. Estás conectada con todas las generaciones y los seres vivos de este mundo a través del ADN. También con el universo, porque cada célula de tu cuerpo fue creada en los corazones de las estrellas».

A lo largo de su vida, Sasha Sagan había escuchado más de una decena de veces la frase «somos polvo de estrellas», pero nunca logró siquiera imaginar su significado. Sabía que la autoría pertenecía a su padre, la había visto subrayada en cuadernos y hojas sueltas, pero nunca antes comprendido la magnitud de tal declaración, hasta entonces.

Pocos años después, cuando Sasha tenía 14 años y comenzaba a descubrir la grandeza del pensamiento de su papá a través de su visión del mundo y lo que aprendía en la escuela, Sagan dejó este mundo sin ninguna promesa religiosa de por medio.

El corazón del autor de «A Pale Blue Dot» (1994) dejó de latir en una cama del Centro de Investigación de Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, Washington. Al poco rato, su cerebro envió las últimas señales eléctricas y la muerte médica fue decretada en un acta de defunción.

Los restos mortales de Sagan fueron enviados a su natal Nueva York, mientras el calcio de sus huesos, el nitrógeno de sus proteínas en forma de aire, el hierro de su sangre y el hidrógeno, que combinado forma el compuesto más abundante en el cuerpo humano, y al mismo tiempo, es el combustible gracias al que brillan cada una de las estrellas que percibimos en una noche despejada, seguirán su curso en la vastedad del tiempo y la inmensidad del espacio. Solo para hacernos recordar que, en palabras de Sagan, somos polvo estelar.

@informacosmos

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS. Carl Sagan

Un comentario

  • José Luis Reyes Montiel

    En ese universo infinito que todos llevamos dentro, nuestro cerebro, el cual me hace pensar tal como decía René descartes: -Pienso luego existo, pienso que somos mucho más que polvo de estrellas y meras posibiliades, hoy día la teoría de la evolución de Charles Darwin está siendo cuestionada, las viejas teorias de filósofos y astrónomos consabidos quedaron muy atrás, eran más que teorias meras conjeturas, y todo lo que se diga o piense del Universo y la vida, no serán más que eso conjeturas.
    La vida misma de esas posibilidades desde nuestros ancestros y bisabuelos, no son más que relaciones causales, mas que casuales, parte de un propósito existencial, lo que no quiere decir que nos autoengañemos, la relación causa y efecto es algo evidente.
    Venezuela sería otra, si no fuese por las relaciones de causalidad política, económica y social, que nos llevaron a la actual crisis nacional.
    Cada uno de nosotros no seriamos los mismos de ahora, en este instante en el cual escribo ésta mi conjetura, sino fuesemos consecuencia de nuestros propios actos del pasado efímero desde que nacimos hasta ahora, pudiendo cambiar si mentalmente asumimos un compromiso de reingenieria existencial, pero eso depende tambien de nuestras capacidades actuales, no tanto de aptitud mental como físicas, pues no somos aquellos jóvenes de otrora, somos finitos en ese segmento de vida que tenemos hasta ahora, el otro segmento despues de la muerte, no lo sé ni conozco, pues no lo veo, pero está ahí, como una laguna infinita, porque estudiosos de la ciencia espírita disciernen sobre ese campo inexplorado e inexplicable, hasta ahora, pero que científicamente puede ser observable, según los entendidos.
    La posición de la Luna respeto de la Tierra, no es mera casualidad, la posibilidad es un argumento casual, meramente del asar, y la vida no puede ser objeto de un juego de Dados, es algo demasiado serio, como para sostenerse en semejante conjetura. Gracias a la Luna y, solo por mencionar un prodigio de la naturaleza, tenemos cosechas y el campesino sabe cuando como criar sus animales; los marinos esperan el buen viento y las mareas con los movimientos de la Luna alrededor de la Tierra, sin Luna no habría cosechas, ni mareas, ni tantas otras maravillas, menos la sustentabilidad de la naturaleza como la tenemos en esta prodigiosa Tierra.
    Somos mucho más que polvo de estrellas y posibilidades existenciales, por la palabra se levantó la vida entre las tinieblas y el caos, pensamiento y palabra nos separan de la bestía que todos llevamos dentro, y por el pensamiento y la palabra razonamos sobre nuestra propia existencia, y ese el mérito de Sagan.
    Pero no sean sus propias teorias un engaño de si mismo, ¿Sagan estuvo presente y vió la explosión del Universo en expansión? Claro que no, si una serie de razonamientos como hombre de ciencia le hicieron formular una serie de argumentos que lo llevaron a concluir que fue de ese modo.
    Conjeturas al fin sustentadas sobre lo que se ve y lo que no se ve, pero se sabe que existen.
    Credo de Nicea: » Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible…»
    Credo Niceno-constantinopolitano.
    JL