Muy a nuestro pesar y por mucho que los defendamos, aboguemos por ellos, objetando que nos hacían felices, en nuestra infancia.
Aun haciendo comparaciones, entre los comics de otrora y los actuales, para terminar concluyendo, que los de antes eran mejores.
Tenemos que aceptar, que tanto estos (los actuales) como aquellos, contienen una importante carga de violencia, la cual no percibíamos y, más aun, era natural y normal, que pasara lo que pasaba, los golpes y trancazos o los apretones de cuello hasta ver la lengua afuera, por ejemplo, lo que sucedía es que nuestros niveles de violencia, en nuestro Yo interior y nuestro entorno social, no eran tan elevados, como los actuales, para los niños, niñas y adolescentes de ahora, he allí una parte del meollo.
¡Si……hay una parte nuestra, hecha de comiquitas!
2 Comentarios
Miguel Alberto Zurita Sánchez
Muy a nuestro pesar y por mucho que los defendamos, aboguemos por ellos, objetando que nos hacían felices, en nuestra infancia.
Aun haciendo comparaciones, entre los comics de otrora y los actuales, para terminar concluyendo, que los de antes eran mejores.
Tenemos que aceptar, que tanto estos (los actuales) como aquellos, contienen una importante carga de violencia, la cual no percibíamos y, más aun, era natural y normal, que pasara lo que pasaba, los golpes y trancazos o los apretones de cuello hasta ver la lengua afuera, por ejemplo, lo que sucedía es que nuestros niveles de violencia, en nuestro Yo interior y nuestro entorno social, no eran tan elevados, como los actuales, para los niños, niñas y adolescentes de ahora, he allí una parte del meollo.
¡Si……hay una parte nuestra, hecha de comiquitas!
Maria
tiempos felices, buenisimo recordar