Costumbres y Decires

COSTUMBRES Y DECIRES… Rescatando la venezolaneidad. En el capítulo de hoy: ¡Al rescate de tres palabras, dos expresiones y una danza, tributo a la cosecha!. Por Miguel Alberto Zurita Sánchez


Las palabras


Embelequero(a): Palabra oriunda de España, donde los embelecos son mentiras y por lo tanto a quien las dice le llaman así. Sin embargo fue asimilada e incluso se utiliza también para expresar otra cosa diferente como forma de decirle a una persona entrometida, disponedora, alegre, y hasta de cierta forma irresponsable ya que siempre está dispuesta a divertirse. Se usa en otras regiones. “No salgás de embelequero, a irte pa’ la playa que mañana tenés que trabajar”.
Fofo(a): Bufo, blando esponjoso. ¡Esa lechosa está fofa! Se refiere, en este caso, cuando la fruta del lechoso, está en proceso de descomposición.
Boquecabra: Pájaro de mal agüero. Todo lo que dice, resulta como si lo estuviera viendo en una pantalla. Vaticinador. ¡Muchacho, bajáte de ahí, que te vas a ir de jeta! Y Zuas, pasa tal cual.


Las expresiones


¡Arigor!: Expresión que indica lástima, compasión y hasta ternura.
¡Metió la pata!: No fue en el zapato, no fue de otra manera, pero el mandao está hecho y después de ojo sacao, no vale Santa Lucía.
Al decir metió la pata
se piensa que la metió
y que no fue la alpargata
la que el bolero bailó

La danza.


El baile de Las Turas


Una tradición de origen indígena celebrada anualmente a finales de septiembre, es un aporte cultural de los jirajaras y ayamanes, que tiene como motivo rendirle tributo a la época de cosecha. Las turas, es de origen ayamán y jirajaras del vocablo estercuye la cual no ha sufrido transculturización de ninguna índole.

No utilizan instrumentos que no sean de su propia autonomía, ya que son realizados con restos de cráneos de venado de distintos tamaño, a los cuales se le cierran los orificios nasales y de los ojos, con cera virgen, dejando solo abierto el orificio occipital, por el cual se reproduce el sonido característico de esta danza.

También se utilizan dos flautas, una más larga que la otra, denominadas tura macho y tura hembra, elaboradas con caña o madera, conocidas como quena, que consisten en un tubo que se corta en una especie de W o M invertida en uno de sus extremos. Además dos silbatos hechos con cráneos de venado, también de diferente tamaño llamados cacho grande y cacho pequeño y finalmente una maraca, todos estos instrumentos son derivados de la cultura indígena.

Esta danza se caracteriza por poseer un orden jerárquico, organizada de la siguiente manera:
El capataz, símbolo de autoridad utiliza un látigo hecho de hilos trenzados con varios nudos en su extensión y encerado con cera de abejas, quien hace cumplir estrictamente las diferentes partes de la ceremonia
La reina, utiliza una corona provista de plumas de aves, habitantes de la zona y vistosas hojas como única prenda. Es la anfitriona del baile y responsable de la abundancia de alimentos para la celebración.
El mayordomo, cumple varias funciones de las cuales destaca, el velar por el emplazamiento de la cruz en el centro del palacio, la disposición de las velas por la reina, la ordenación de los círculos de rigor, la precisión de las ofrendas, etc.
Los cazadores, normalmente eligen trece entre los más destacados de la comunidad, que deben llevar animales de monte, para los preparativos de la ceremonia.
Los músicos, el grupo musical está conformado por seis personas: dos cacheros mayores (cachos de venado), dos cacheros menores (cachos de matacán, especie de venado más pequeña) y dos tureros (flautas de caña).

En las turas, los danzantes se ubican en extensas cadenas, donde participan hombres y mujeres, pero sin un orden preestablecido de alternancia de sexos. El baile se inicia con los capataces, que con una maraca en la mano, salen danzando de un extremo a otro de las largas filas inmóviles de participantes. Inclinan las maracas y realizan diversos gestos como de invocación, moviéndose los danzantes de las largas filas al son de las flautas.

La danza se clasifica como colectiva de ronda, debido a que los bailarines forman un semicírculo, van entrelazando sus brazos a los demás, uno por detrás de los hombros del otro y, a veces, colocan la mano en la cintura del siguiente danzarín. Intervienen hombres y mujeres, luego giran en la misma dirección o en la dirección contraria. Los danzantes siempre conservan un riguroso ritmo, que marcan con pisadas fuertes sobre el suelo.

Al finalizar la etapa bailable, se da inicio a la ceremonia religiosa donde los danzantes se dirigen a un árbol de gran tamaño, de nombre Copey, al que consideran como un portal para los santos espíritus y derraman grandes tinajas de chicha, pues es un árbol que atrae nieblas y lluvias, el objetivo de esto es rogar que no escaseen los inviernos y así tener grandes cosechas.

Panoja, es el nombre que recibe la espiga, que brota del maíz, cuando está en ciernes, a esa espiga, nuestros abuelos Falconianos y Larenses, les llamaban o llaman Turas.

Baile de Las Turas

Miguel Alberto Zurita Sánchez ¡Al rescate! – Coro 06 / 02 / 2.020.

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