Costumbres y Decires

Parranda de San Pedro. Por Miguel Alberto Zurita Sánchez

Parranda de San Pedro


En esta semana, se celebró una vez más, la parranda de San Pedro, aún con la cuarentena.
La Parranda de San Pedro es una festividad popular y religiosa que se celebra cada 29 de junio en las ciudades de Guatire y Guarenas del Estado Miranda, Venezuela. Tiene su origen en la Época Colonial. Consiste en unos parranderos, vestidos con levita y pumpá (uno de ellos lleva la imagen del santo, otro lleva una bandera amarilla y roja) y acompañados por Cuatro y Maracas. La percusión se logra con unos pedazos de cuero de animal amarrados a los pies a manera de sandalias (llamadas cotizas). También van acompañados por dos niños impúberes, vestidos con un traje rojo y amarillo (parecido a los arlequines), que se conocen como «tucusitos». El personaje más llamativo es un hombre vestido de mujer que carga una muñeca de trapo. Este personaje se llama «María Ignacia» y la muñeca «Rosa Ignacia». Los dos tucusitos hacen las veces de sus otros dos hijos. Todos llevan la cara pintada de negro con betún o lo que ellos llaman «negro humo». La festividad fue proclamada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el 5 de diciembre de 2013.
Según la tradición oral, una esclava de nombre María Ignacia que vivía en algún lugar de Guatire o de Guarenas (en la época colonial ambos poblados se encontraban en la misma unidad política-territorial, llamada «Cantón de Guarenas») viendo que su hija Rosa Ignacia no curaba de una fiebre muy alta («una calentura») le pidió a San Pedro que intercediera por la sanación de su pequeña y si lo hacía, ella le prometía salir a bailar y a cantarle todos los días 29 de junio (santoral de San Pedro Apóstol). La niña sanó y la noticia de la promesa que había hecho María Ignacia se regó por toda la zona. Los demás esclavos decidieron acompañarla en su canto y baile por las polvorientas calles de Guatire (o de Guarenas, dependiendo el núcleo urbano más cercano del lugar donde surgió).
Pasaron los años y un día con María Ignacia enfermó (murió) su marido, para no romper la promesa que ella había hecho, decidió vestirse con sus ropas, abultar su abdomen con trapos (para simular embarazo) y salió a «parrandear». Lo acompañaban sus dos hijos varones. Con el pasar de los años, los esclavos siguieron pagando la promesa todos los 29 de junio: Un hombre se viste como María Ignacia, con una muñeca en sus brazos (Rosa Ignacia) y dos niños que siempre bailan cerca de «María Ignacia», algunos cultores argumentan que son sus dos hijos, más su presencia es de carácter simbólico de union entre los partidos políticos de la época: Liberales y Conservadores, que realizaron un pacto para no politizar la celebración. La tradición ha continuado hasta nuestros días.
Esta tradición se ha mantenido gracias a la voluntad de los cultores, representados en Guarenas por Norberto Blanco y Antonio Núñez, quienes por más de un siglo cantaron y bailaron en las casas y las calles del pueblo, improvisando sus versos y dándole gracias al Santo Patrón. Antonio Núñez, antes de morir entregó la parranda a su hijo, Pablo Núñez, quien actualmente promete continuar con la tradición. En Guatire, la tradición fue impulsada desde principios del siglo XX por Martín Rosas, Justo «Pico» Tovar, Celestino Alzur; y más adelante por Angel Plaza y Manuel Ángel Rojas. También existen en Guatire siete agrupaciones dedicadas al fomento de la Parranda de San Pedro, siendo las principales la adscrita al Centro de Educación Artística «Andrés Eloy Blanco» y la conformada por la Fundación «Parranda de San Pedro del 23 de Enero».

Desarrollo de la Parranda
El día anterior se realiza una vigilia o velorio donde se le canta y se le baila a la imagen del Santo (que ha estado guardada durante el año en la casa de alguno de los parranderos). Al día siguiente, la parranda se inicia con una Misa en el Templo parroquial y luego los parranderos, cantando y bailando recorren las principales calles del pueblo, acompañados por muchas personas. No falta el licor. Al llegar la aurora la parranda comienza a dispersarse.
Según las tradiciones orales la Parranda nació en la época colonial. Otros creen que nació a mediados del siglo XIX cuando la lucha política entre Conservadores (que se identificaban con el color rojo) y los Liberales (que se identificaban con el color amarillo). Si es cierta esta última tesis, la Parranda debe haber surgido como una manera de ridiculizar a los dos bandos contendientes.
Así mismo, algunos sostienen que es originaria de Guatire (La Hacienda El Ingenio o la Hacienda El Rincón) y para otros de Guarenas (La Hacienda San Pedro, que tenía tierras en lo que son hoy ambos municipios). En todo caso surgió en el cantón de Guarenas que agrupaba a esta ciudad y a Guatire. Por otra parte, algunos opinan que el santo que se venera es San Pedro Claver, otros que es San Pedro Apóstol.
Guarenas.- “El fin de la pandemia” fue la petición más aclamada este lunes 29 de junio por los pobladores del eje Guarenas-Guatire del estado Miranda, al celebrar la Parranda de San Pedro, en honor al apóstol. Por primera vez en 300 años, en este 2020 la tradición se festejó solamente con los actos religiosos en las iglesias de ambas ciudades, sin los acostumbrados recorridos multitudinarios en las calles, para bailar al santo.
El uso obligatorio del tapabocas, el distanciamiento físico de más de un metro en las bancas y la suspensión de las actividades de calle para evitar la aglomeración de personas, fueron las medidas adoptadas por las parrandas y los gobiernos de ambos municipios, en los que se ordenó la extensión de la radicalización de la cuarentena, durante esta semana.
En el caso de la ciudad de Guatire, a la misa a puerta cerrada en la iglesia Santa Cruz de Pacairigüa, solo asistieron 10 personas por cada una de las seis Parrandas de San Pedro.
Durante la noche del domingo tampoco se realizó el encierro de los santos y el velorio, una ceremonia en la que se entregan las figuras de San Pedro de cada parranda al sacerdote de la iglesia. En ese momento comienza la celebración de calle en la víspera del 29 de junio.
En el caso de Guarenas, la misa también se celebró a puerta cerrada en la Catedral Nuestra Señora de Copacabana.
Al lugar acudieron representantes de la Parranda de San Pedro.
Al concluir ambas misas, los parranderos hicieron su acostumbrado canto con versos improvisados a San Pedro Apóstol, al ritmo del cuatro y las maracas; mientras que los bailadores zapatearon con las cotizas. Sin embargo, todo ocurrió dentro de las iglesias. Las parrandas no salieron a las calles a bailar al santo.
Esperemos que “la pandemia” no se encargue de catalizar el fin de nuestras tradiciones, para cambiarlas por nuevas y foráneas.

Miguel Alberto Zurita Sánchez – Coro 03 / 07 / 2.020.

Parranda de San Pedro

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