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Cuentos y fantasías (Segunda parte). Por Marcelo Jesús Moreno Mendoza

Cuentos y fantasías

Cuentos y fantasías (Segunda parte)

  • Papi, tengo una pequeña duda, es sobre el cuento que me contó mami la otra noche. – comenta la pequeña niña.
  • Dime querida, ¿cuál es la duda que tienes? – pregunta el padre.
  • Tú contaste una versión diferente sobre la historia que me estaba contando mami, ¿qué versión te contaron a ti? – pregunta la niña.
  • Pues, a mí me contaron la historia desde el punto de vista de la doncella, y ahora te la contaré a ti también. – responde el padre…

…“Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, nació una pequeña bebé, en medio de una familia muy humilde, la bebé era realmente muy hermosa, era la única hija de esa familia, pero era la mediana de entre todos los demás hijos de los hermanos de sus padres.

La pequeña niña, era bastante consentida, pero aun así también era muy amable y tenía un corazón bastante humilde, le gustaba ayudar a su familia, y a todas aquellas personas que realmente necesitaban de su ayuda.

El tiempo iba pasando y la niña iba creciendo, convirtiéndose en una mujer bastante hermosa y esbelta, todos los que la miraban, se quedaban totalmente asombrados con su belleza. Un día que la joven doncella salió a pasear por la ciudad, se encontró con una anciana que le pidió ayuda para que la acompañara a su casa, le dijo que la ayudara a cargar con la compra que era muy pesada para llevarla ella, por lo que la chica aceptó con mucho gusto acompañar a la anciana.

Una vez que llegaron a la casa de la anciana, la señora se comportó de manera muy hospitalaria con la joven, y le pidió que se quedara unas cuantas horas, la anciana le contó muchas historias, y entre esas historias, le contó lo que sería su futuro a partir de unos meses, pero la chica no había entendido que se trataba de ella, la historia que le estaba contando, por lo que escuchó la historia con bastante agrado.

Las semanas iban pasando, y la doncella se enteró sobre la muerte del rey, ya que la noticia se había extendido por todo el reino donde ella vivía, por lo que fue por varios días seguidos al bosque a llorar por la pérdida de tan noble rey.

Una tarde, que la doncella se dirigía hacia el castillo a presentar sus condolencias a la familia real, se consiguió que el príncipe iba saliendo y justamente se fijó en ella, tanto él como ella, sintieron un flechazo que los hizo detenerse en ese instante, momento que aprovechó el príncipe para invitarla a subir a su caballo, la doncella aprovechó también para darle las condolencias al príncipe por la muerte de su padre.

«Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano…»

El príncipe y la doncella se dirigieron hacia el bosque donde la doncella le contó que lloraba la muerte del rey, allí decidieron hablar entre ellos, el príncipe le contó las razones por las que se encontraba saliendo tan seguido del castillo, y de una supuesta profecía que existía sobre su vida, a lo que la doncella recordó los cuentos de los que le hablaba la anciana que había ayudado tiempo atrás. La joven doncella aprovechó también para contarle la historia que esa anciana le había contado, sobre lo que sería su vida a partir de ese momento, el príncipe no le creyó en el instante, pero decidió confiar en ella, y pasó varios días, incluso semanas con ella, por lo que terminó viendo que había total sinceridad en las palabra que su acompañante le había contado.

El príncipe regresó al castillo con quien se convertiría en su futura esposa, y después de presentársela a la reina, le dijo frente a ella, que deseaba vivir el resto de su vida junto a su doncella, pero ya no deseaba ser coronado como rey, deseaba convertirse en un simple aldeano más de ese reino. Y desde que salieron del castillo, se fueron a vivir juntos y tuvieron una preciosa hija de la que cuidan con mucho amor«.

  • Esa historia es de verdad muy bonita papi, me gustó mucho. – comenta la pequeña niña antes de cerrar los ojos para quedarse dormida.
  • Sí, es una historia muy bonita. – le responde el padre dándole un beso en la frente.
  • Creo que prefiero mucho más tu historia. – comenta la esposa entre susurros desde el marco de la puerta. Su esposo solamente le dedicó una sonrisa.

Marcelo Jesús Moreno Mendoza

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