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VIRGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ, EJEMPLO DE FE Y FERVOR MARIANO, DE MARACAIBO Y DEL ZULIA PARA EL MUNDO (Última Parte). Por Victor R. Salazar Rodríguez

«LA CHINITA»

CARACTERÍSTICAS URBANAS DE LA PROVINCIA DE MARACAIBO ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XVIII


Siglo XVI – La Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo

Reconstrucción de Maracaibo en el Siglo XVI.
Tomado de La Maracaibo Hispana. Fundación y Expansión de una Ciudad –
Puerto. Venezuela Siglos XVI – XVIII. Página 216


Pedro Maldonado en 1574, se aposenta hipotéticamente, entre las dos fundaciones anteriores, escoge la desembocadura de la cañada el Calvario, ubicada casi en el centro de la bahía, lo cual ofrece protección y abrigo a las embarcaciones, para establecer el puerto, quedando situado entonces al oeste del promontorio de punta Arrieta y que más tarde se conocerá como puerto el Piojo.
Allí funda Maldonado La Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo. Sobre las condiciones de esta bahía, pondera suficientemente Alonso Pacheco en su Descripción:
“En el sitio de esta ciudad fundada hay una valla grande; tiene un cuarto de legua de travesía; es fondable hasta siete u ocho brazas; pueden estar cantidad de navíos en la dicha valla o surtos y las áncoras (anclas) en tierra a la una parte” (Argüelles y Gaspar en Arellano Moreno 1964: 209 y 212).
Notas: La legua (proveniente del latín leuca) es una antigua unidad de longitud que expresa la distancia que una persona, a pie, o en cabalgadura, puede andar durante una hora; es decir, es una medida itineraria (del latín, iter: camino, período de marcha). Dado que una persona recorre normalmente a pie una gama de distancias, la legua se mantiene en esa gama, pero según el tipo de terreno predominante en cada región o según la conveniencia estatal, la palabra legua abarca normalmente distancias que van de los 4 a los 7 km.
Una braza es una unidad de longitud náutica, usada generalmente para medir la profundidad del agua. Se llama braza porque equivale a la longitud de un par de brazos extendidos, aproximadamente dos metros, o 6 pies)
Esta zona costera tiene la ventaja topográfica que ofrecen las dunas, que solo se ven interrumpidas por las áreas de manglares que se manifiestan exuberantes en la desembocadura de las cañadas que recorren el sector y desembocan en el lago: Brasil, Vargas, Navarro, El Calvario y Nueva. Las dunas se han ido formando a través de los siglos, producto del arrastre de materiales, arena y demás sedimentos, que siguen el cauce de las cañadas, que estando secas la mayor parte del año, presentan grandes caudales en la época de lluvias, ganándole tierra constantemente al lago.
Aceptado que la ciudad se fundó en lo que hoy conocemos como Punta Arrieta, lugar en donde existía una población de agua (palafítica autóctona) que sirvió de apoyo a la creada población de tierra. Entre La Cañada nueva (actual puente O´leary) y La Cañada Macuto, desde los fondos de la actual Basílica.
Maracaibo érase durante el siglo XVI, la plaza Central (actual plaza Bolívar), la ermita de Santa Ana, (actual hospital Central), y la iglesia Parroquial, (actual Catedral), los vecinos de la época, escasas 500 almas se agrupaban en construcciones de bahareque y techos de eneas, comerciaban con los pobladores autóctonos de frente al lago, el cual batía a menos de cien metros del Central, y a dos cuadras de la plaza Bolívar y mantenían rebaños en los fundos que actualmente conocemos como los fondos de la Gobernación.
La nueva ciudad se identifica como puerto, por su ubicación estratégica y ser la llave, para entrar y salir del circuito comercial lacustre que se ha ido consolidando. Sistema que va más allá de los límites geográficos que fija la cuenca. Desde los Andes llega a Maracaibo el trigo, tabaco, cacao, algodón, añil y otros derivados tintóreos.
Desde Cartagena llegan los implementos de labranza, los textiles, vino, aceite y otros. Maracaibo en sí no produce nada, pero las planicies de su entorno son ricas en vegetación, pastos y árboles frutales. Se especializa en la cría de ganado: vacas, ovejas, carneros, chivos, puerco de monte y aves de variadas especies. Esta producción de carnes saladas, jamones, tocinos, huesos, sangre, quesos, leche, cueros de vaca y venado, cueros al pelo, cueros curtidos, medias suelas, cordobanes, badanas y cebo, es el aporte comercial de la Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo.
Con la fundación de Maldonado entraron treinta y cinco hombres, haciéndose treinta y siete vecindades las cuales fueron repartidas entre ellos.
“por ser esta ciudad nuevamente poblada no hay más que una iglesia”
“son las casas de esta ciudad de paja y enea, porque la tierra es nueva y a poco que se pobló y no se ha podido hacer más edificios: hay para poderse edificar mucha madera y piedra de cal y yeso y tierra para hacer teja y ladrillo”.
“Hay en esta comarca de esta dicha ciudad mucha madera de mangle; puede servir y sirve para enmaderar casas, y es madera perpetua”.

El primer croquis que expresa la traza de la ciudad se lo debemos a Argüelles y Párraga, entre 1577 y 1579. El plano se corresponde con la repartición inicial de vecindades efectuada por Maldonado al momento de instalarse en el sitio. La iglesia aparece ubicada en el ángulo noroeste de la Plaza, exactamente donde está actualmente la Catedral de Maracaibo.
También aparece un convento de San Francisco al norte de la iglesia, el cual no se corresponde con la ubicación actual de ese convento en la ciudad. La ciudad se implanta según las Leyes de Indias sobre una modesta retícula ortogonal conformada por las calles, con ciertas deformaciones inherentes a la topografía. El poblado de Maracaibo empieza en la laja que pasa frente al sitio donde se ubicará después (1607), la ermita de Santa Ana; las casas alineadas paralelamente con la línea que sigue la iglesia parroquial, hasta el actual templo de la Inmaculada Concepción, antes ermita de Santa Bárbara.
La Nueva Zamora consolida su función portuaria. Alrededor del puerto se establecen las bodegas, almacenes y demás centros de acopio para los productos que llegan y los que salen. Así mismo y en dirección al oeste, cerca del caño El Manglar y siguiendo el perfil costanero, se implantan las madereras que explotan los mangles y procesan las piezas para construir edificaciones y embarcaciones, surgen los primeros varaderos é incipientes astilleros. Se ubican las curtiembres de cueros, aprovechando para este proceso la fruta del dividivi. Aparecen las tenerías de cordobanes, las fábricas de esteras, etc.
Las actividades de carácter administrativo, religioso y de gobierno quedan ubicadas alrededor de la Plaza Mayor (actual plaza Bolívar), así como las viviendas de los notables y los comerciantes, importadores y exportadores que responden a las necesidades de tres circuitos comerciales lacustres que ya se relacionan con el exterior, a través del puerto de Maracaibo. El perímetro del poblado es ocupado por los indios, mestizos y la gente pobre de solemnidad. Por el este, comenzando el camino real de El Milagro, se encuentra la ermita de Santa Ana de cara a estas viviendas marginales. Por el oeste, se ubica la ermita de la Inmaculada Concepción, la cual da su frente a la periferia ocupada por los desvalidos, a un lado del incipiente camino real que conduce a Río Hacha (actual avenida Las Delicias). Por el sur aparecerá el Convento de San Francisco, con vista a la plaza del mercado, la cual se relaciona con el puerto que está en sus inmediaciones. En cuanto sector norte, en las planicies más allá de las dunas, se establecen los hatos ganaderos

Siglo XVII – Consolidación Urbana de la Nueva Zamora

Reconstrucción de Maracaibo en el Siglo XVII.
Tomado de La Maracaibo Hispana. Fundación y Expansión de una Ciudad –
Puerto. Venezuela Siglos XVI – XVIII. Página 217


Iniciado el siglo XVII, en 1606, se nombra el Cabildo, constituido por un Teniente de Gobernador, alcaldes ordinarios, alférez mayor, teniente de contador, teniente de tesorero y regidores. Para la fecha seguía siendo imperante la defensa del poblado ante los ataques indígenas, los cuales desde la fundación permanecían alzados, provocando muertes e incendios tanto desde tierra como por agua, con el fin de impedir las relaciones comerciales con los pueblos de la comarca y con el Nuevo Reino de Granada, especialmente con Cartagena, cuyo creciente comercio había producido un importante aumento a las rentas reales.
Esta situación de inseguridad obligó a los pobladores, en unión con el Cabildo de la ciudad, a rodearla con un muro de tapias, de doble línea por aquellos lados de mayor peligro, así como a colocar centinelas de día y de noche para alertar al resto de la población en caso de ataque. La construcción del muro (llamado murallón) data de 1607.
La situación se solventó cuando en respuesta a la solicitud de ayuda del Cabildo a la ciudad de Caracas, estos envían al Capitán Juan Pacheco Maldonado, hijo de Alonso Pacheco, quien en 1607 se hace cargo del gobierno y luego de tres años (1610) alcanza a someter a los indígenas, facilitando el desarrollo del comercio de Maracaibo con las regiones vecinas: La Grita, Pamplona, Mérida, Cartagena.
En 1607 se comienza la construcción del hospital, junto a la ermita de Santa Ana, 50 pies para enfermería para los pobres, cocina de 20 pies y corral cerrado para el servicio de los enfermos; meses antes se había construido la Iglesia Principal de Maracaibo, cubierta con techo de enea, actual Catedral. Las construcciones continuaban cubiertas de palma. En 1612 se construye el Cabildo y en 1615 comienza a levantarse el Convento de San Francisco (ubicado en la actual plaza Baralt).
En sus calles principales se levantan casa de dos pisos, con elegantes balcones y paredes de mampostería y techos de tejas; por los barrios abundaban las casas con techos de paja y paredes de bahareque. Se estima que la población urbana para la fecha pasaba de 8000 habitantes.
En 1625 se crea políticamente la Provincia de Maracaibo que pertenece al gobierno de Venezuela hasta 1666, cuando por Real Cédula se agrega al gobierno de Mérida junto con la Grita, dependiendo de Santa Fe de Bogotá. En 1686 se construye la ermita de San Juan de Dios (actual Basílica de Chiquinquirá)
Sobre la costa sur empiezan a concentrarse las actividades vinculadas con las funciones portuarias y con el abastecimiento de la ciudad a través del lago. La actividad portuaria tenía lugar en ese momento en el espacio de costa comprendido entre la Punta de Arrieta y la llamada cañada de la calle Vargas, límite occidental de la fundación.
El trazado sur de la ciudad coincide con el borde de playa del lago donde existían pequeños asentamientos vinculados con la extracción y trabajo de la arcilla y hacia las salinas ubicadas detrás de él y cerca del caño El Manglar, en la prolongación de la actual calle Independencia, calle que en esa zona recibió el nombre de Salina Ancha y Salina Angosta. Estas salinas cercanas a la ciudad fueron explotadas por los castellanos desde el momento mismo de la fundación, y junto a la presencia de agua potable del Lago en una zona caracterizada por la ausencia de ella, se constituyeron en una ventaja adicional a la forma natural del Lago.
Las características futuras de la expansión de la planta de la fundación van a estar condicionadas por esta primera ocupación costanera, por la presencia de los hatos de la sabana norte de Maracaibo, y por el sistema de Caminos Reales que se inicia en este mismo siglo. Se presume que tanto el Camino Real de Río de Hacha (actual avenida Las Delicias), como la Calle Real (llamada después de El Milagro), existían para mediados del siglo XVII. A ellos se vino a sumar un tercer Camino Real, en el lugar de la actual avenida Bella Vista, que debía conducir a los hatos de Monte Claro y a los pozos de sal de Capitán Chico.

Siglo XVIII – Expansión Urbana de la Provincia de Maracaibo

Reconstrucción de Maracaibo en el Siglo XVII.
Tomado de La Maracaibo Hispana. Fundación y Expansión de una Ciudad – Puerto.
Venezuela Siglos XVI – XVIII. Página 217


Para 1776 se establece la existencia de una población compuesta principalmente de vecinos
españoles, con algunos habitantes de “otras castas”, localizados unos en la ciudad y otros en sus
afueras:

Estos datos confirman la existencia de los dos espacios urbanos ya comenzados a estructurarse en
el siglo anterior: los alrededores de la Iglesia Matriz y de San Juan de Dios, separados por un medio
natural: la Cañada del Calvario.

A partir de 1724, con la elevación de San Juan de Dios a Vice-parroquia, comienza a normar un proceso que ya socialmente se había establecido: la división en partes de la ciudad apareciendo el concepto de barrio.
La familia extensa se constituye en la característica de la sociedad colonial de la ciudad, lo cual determinará una manera de apropiarse del suelo urbano, tanto por la ubicación en determinados sectores de la ciudad como por los requerimientos espaciales necesarios para dar cabida a tal número de integrantes. En esta época la población de Maracaibo se ve aumentada con la llegada de vizcaínos y catalanes, los cuales contribuirían tanto a la mezcla de razas como al progreso de la actividad comercial de la ciudad.
Para finales del siglo XVIII, Maracaibo constaba con 22000 habitantes. Se distinguen cuatro estamentos diferenciados en la sociedad maracaibera: los nobles (descendientes de los primeros conquistadores, gobernadores o auditores de guerra, cualquiera que tuviera un nombramiento extendido por el Rey), los blancos plebeyos (europeos o hijos de ellos), los esclavos (negros o indígenas) y los libertos (esclavos liberados que se encontraba ligado a su antiguo amo).
Los alrededores de la ciudad estarían constituidos por hatos y caseríos, señala el autor, y la mayoría de las casas eran todavía de techo de eneas y paredes de bahareque; solo en la plaza Bolívar y calles principales existían casas de mampostería con techos de tejas y de varios pisos con terrazas embarandadas. Los datos de documentos del Archivo del Registro Principal de Maracaibo para los años 1790 y 1836, referente a compra y Venta de inmuebles, censos sobre Capellanías y Obras Pías y Testamentos, confirman la existencia de gran número de viviendas con techos de palmas o eneas y paredes de bahareque, ubicadas principalmente hacia la parte oeste de la ciudad (Sectores de San Juan de Dios, La Salina, Saladillo, Comercio, Convento Seráfico) y la nueva extensión urbana: el Empedrado.
Las viviendas construidas de cal y canto y techos de teja están ubicadas hacia los sectores de la Plaza Real, la Marina, San Francisco y Santa Bárbara, es decir, aquellos que vienen desarrollándose desde el siglo anterior. Existen también construcciones realizadas con paredes de bahareque, pero con techo de tejas, principalmente ubicadas en el sector de la Marina.
La extensión hacia la periferia y la formación del concepto de barrio en la ciudad se constituyen en la característica predominante de este momento histórico. Al no existir reglamentación urbana, los puntos de referencia comienzan a ser el sector o barrio donde se encuentra ubicado el inmueble, así se denominan barrio de Santa Bárbara, barrio el Saladillo, barrio El Empedrado, barrio La Salina, barrio Punta de Arrieta, barrio la Marina, Barrio de la Carnicería, del Cerro, etc. Algunas veces las referencias son edificaciones de relevancia, otros puntos estratégicos de la ciudad o sectores funcionales.
Esto determina una ciudad que, para finales de siglo, logra constituirse en ciertos sectores o barrios consolidados y que comienza a extenderse hacia el oeste hacia San Juan de Dios y los Haticos, hacia el norte por el Empedrado, hacia el punto de encuentro de los dos sectores históricos que tiene como eje Santa Bárbara y el Convento franciscano y hacia el Sur con la Marina o Puerto.
Este último sector va a ir acumulando edificaciones de gran relevancia como la Aduana, la Compañía Guipuzcoana, luego la de Filipinas, y numerosas casas comerciales que, junto con la Plaza del Convento lo consolidará como el centro comercial de la ciudad.
Si bien las calles y el puerto o marina, concretizan la actividad mercantil y comercial de la ciudad; la Plaza Real congrega los poderes políticos, religiosos, jurídicos y penitenciales, con la ubicación del Cabildo, Iglesia parroquial, Cárcel, casa del Gobernador, etc.
La utilización de materiales, las paredes de cal y canto y techo de tejas o el bahareque y la palma, contribuirán a denotar la posición social que se ocupa, así como la posibilidad de adquirir muebles, adornos, libros, u otros utensilios serán indicios de la riqueza y poder alcanzados. El escudo de la familia en la fachada será una muestra que exterioriza el linaje y la hidalguía a que se pertenece.
Con respecto a los servicios que sirven a la ciudad, los registros indican la utilización de las aguas del lago como agua potable “cuyo gusto no es agradable, pero cuya calidad no es mala”, sin embargo, en los meses de marzo y abril cuando estas aguas se mezclan con las del mar, se hace imposible utilizarlas. Así mismo se señala como la población pobre de la ciudad recurre a pozos en la tierra y los de mejor posición construyen un sistema de cisternas para recoger las aguas de lluvia u otros utilizan grandes tinajas con el mismo fin.
Las estructuras físicas existentes en épocas pasadas se solidifican al ser reconstruidas con materiales más duraderos, lo que comienza a cambiar la fisonomía aldeana de Maracaibo. Así la ciudad siempre será el reflejo de su estructura social, la diferenciación de espacios urbanos responderá al asiento de los distintos estratos sociales. A medida que los niveles más altos se consolidan, se mezclan las hidalguías con los que ostentan el poder económico, se mezclan las razas, etc. aparecen sectores urbanos y espacios caracterizantes.
Estos comerciantes impulsarán la economía personal, pero, también, con sus casas y comercios contribuirán a embellecer la ciudad, además sus contribuciones a través de censos, capellanías redundarán en mejoras a las iglesias, principales monumentos urbanos, proporcionándole una mayor prestancia que las originales.

SEGUNDA ADVOCACIÓN DE LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ


La segunda advocación de la Virgen de Chiquinquirá ocurrió en el siglo XVIII, en una humilde casa ubicada en el corazón del barrio “El Saladillo”, uno de los primeros barrios que estaba en proceso de desarrollo y consolidación en la Provincia de Maracaibo, que quedó grabado en el corazón de los habitantes de la joven ciudad y cuya tradición y devoción mariana ha perdurado a través de generaciones hasta el presente.
La fecha exacta de la aparición todavía al día de hoy no está totalmente definida porque hay historiadores que indican el año de 1709, otros establecen que es alrededor de 1712 y otros indican que este hecho ocurrió en 1749 (hasta 40 años de diferencia entre las fechas), en lo que todos si están de acuerdo es que fue un 18 de noviembre. Más adelante trataremos de hacer un pequeño análisis para tratar de establecer el año más probable de su aparición, en base a algunos registros históricos que disponemos.
Otra cosa donde algunos los historiadores están de acuerdo es que la persona protagonista de esta historia fue la Sra. María Cárdenas, la cual era una mujer ya entrada en años pues todos se refieren a ella como “una viejita” y la cual era de origen humilde. Ella misma hacia sus oficios domésticos, entre ellos ir a lavar “a mano” la ropa a orillas de la Laguna de Maracaibo, como se le conocía entonces al Lago de Maracaibo.
Otros historiadores indican que en nombre de la Señora nunca fue mencionado y, por lo tanto, es un error decir que su nombre era María Cárdenas. Algunos, de manera poética se refieren a esa mujer como “La Elegida” pues fue la Virgen quien la eligió. Nosotros nos referiremos a ella como “la Señora”.
Para Luis Guillermo Hernández y Jesús Ángel Parra en su Diccionario General del Zulia, la aparición de La Chinita en Maracaibo sucedió un 18 de noviembre en un año alrededor a 1712, siendo difícil precisarlo con exactitud.
“Una lavandera había recogido una tablita a las orillas del lago y la había colocado como tapa para una tinaja, sintió ciertos ruidos y vio la imagen renovada como una pintura al óleo”,
Sin embargo, el Padre Gustavo Ocando Yamarte, en su Historia del Zulia, recoge la relación del Hermano Nectario María, como sigue:
“El viernes 18 de noviembre de 1709 estaba la mujer de nuestra historia entretenida en los quehaceres de su oficio ordinario de molendera de cacao, cuando oyó distintamente los golpes que daba el cuadro en la pared de la cual colgaba. No prestó cuidado a este suceso y volvió a entregarse a su acostumbrada labor; pero, he aquí que nuevamente se repiten los anteriores golpes, sin que por ello abandonara su trabajo y fuese a cerciorarse de la causa de este fenómeno. Sin embargo, habiéndose este repetido por tercera vez, se encaminó la señora hacia el cuadro y con gran sorpresa advirtió que se iluminaba y aparecía en él una perfecta imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. No bien hubo observado esto, cuando dando rienda suelta a su emoción, corrió a la calle y exclamó a grandes voces”
Otra de las cosas en las cuales los historiadores no se ponen de acuerdo es la dirección de la casa de la Señora, unos indican el No. 5 de la calle “El Milagro” (Calle No. 10 del Barrio El Saladillo), otros indican el No. 10 de la calle “El Milagro” (no confundir con la Avenida El Milagro).

Vista Aérea de la Plaza de la Virgen de
Chiquinquirá – Maracaibo. Se dice que la
casa de la Señora del Milagro estaba
donde está ubicado el Monumento de la
Virgen (Centro de Semicírculo parte
inferior izquierda). Al fondo la Basílica de
Chiquinquirá.


La casa de la Señora estuvo en pie hasta el año 1971, fecha en la cual su estructura fue demolida (junto a cientos de viviendas similares del barrio “El Saladillo”) para dar inicio a los trabajos de construcción del que fue denominado “El Paseo Ciencias” y que posteriormente fue reemplazado por la “Plaza de la Virgen de Chiquinquirá” (conocido alternativamente como plaza del Rosario de la Virgen de Chiquinquirá o simplemente paseo de la Chinita), la casa estaba ubicada “exactamente” donde hoy se encuentra la estatua del Monumento en la Plaza de la Virgen de Chiquinquirá construido desde el año 2002 e inaugurado el 24 de marzo de 2004.

Típicas casas de bahareque del barrio el Saladillo de Maracaibo. Fotografía
cortesía de Juan Quintino – Instagram @juanquintino Maracaibo Histórica.


Al ser una persona humilde y de pocos recursos, la casa estaba fabricada con paredes de bahareque (Bahareque, bajareque, bareque o fajina es la denominación de un sistema de construcción de viviendas a partir de palos o cañas entretejidos y barro recubriéndolos. Esta técnica ha sido utilizada desde épocas remotas para la construcción de vivienda en pueblos indígenas de América) revestidas de una fina capa de mortero obtenido de la mezcla de tierra tamizada que se le adicionaba cal y techo debió tener una estructura de varas de mangle amarrado con fibras de eneas o caña brava y cubierto con palmas.
Como se describió anteriormente, el agua para beber o para otras actividades domésticas se obtenía directamente recogiéndola en el lago, recogiendo el agua de lluvia o a través de pozos y era guardada en tinajas fabricadas posiblemente de arcilla. Esto es consistente con la necesidad de mantener tapadas dichas tinajas para que el agua no se contaminara con arena o animales.
La memoria popular guarda muchas versiones sobre la aparición de “la tablita” con la imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en suelo marabino.
La posición más arraigada, recogida en el libro Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá del hermano Nectario María, señala que la imagen de la Chinita había sido traída a Maracaibo en un bergantín, perteneciente a unos piratas, quienes la habían robado de una iglesia de las costas de Nueva Granada (hoy Colombia).
Después de haber peleado en las islas antillanas, del bergantín cayó o arrojaron al agua el pequeño cuadro de Nuestra Señora de la Chiquinquirá.
Otras posiciones indican que la Tablita fue lanzada por los corsarios a las aguas para conjurar así las tormentas del Caribe.
Se ignora cuánto tiempo estuvo el milagroso cuadro sobre las aguas del Lago.

La historia indica que la Señora había ido a la orilla del lago a lavar su ropa (no necesariamente hacer esta actividad significa que tenía por oficio ser “lavandera”, es probable que muchas mujeres hacían esta actividad con frecuencia). Durante su faena, una pieza de madera de forma cuadrada a la que desde entonces se le ha llamado “la tablita” se acercó a ella flotando sobre el agua.
La señora pensó que dicha tabla podría servirle para tapar una de las tinajas de arcilla donde guardaba el agua. No hay precisión de cuantos días antes del 18 de noviembre de ese año del siglo XVIII la Señora llevó “la tablita” a su casa de la Calle “El Milagro” que estaba aproximadamente a 600 m de la orilla del lago.

fuerza la pared, al acercarse pudo ver que la tabla brillaba y que en ella aparecía la imagen
de la virgen, la mujer gritó: – ¡Milagro, milagro!, los vecinos alterados por los gritos fueron
a ver creyendo que la casa se incendiaba, pero encontraron que lo que iluminaba con la
fuerza del sol la casa y la calle era la imagen religiosa colgada en la pared.”
“Los gritos de la mujer pasaron a darle nombre a la calle junto al lago: El Milagro. Y la
gente comenzó a visitar la casita de la lavandera para rezar y pedir milagros a la virgen, la
casa se trasformó en lugar de devoción.”
Nota: Los incendios en las casas de esa época eran muy frecuentes debido que para iluminación o para venerar una imagen o figura
religiosa se utilizaban velas y los materiales de construcción de las casas eran propensos a incendiarse.


La historia también dice que “la tablita” estaba colgada en la pared cuando sucedió la advocación de la virgen; inferimos que, si inicialmente “la tablita” iba a ser utilizada para tapar la tinaja que almacenaba agua, es probable que la señora haya podido distinguir la imagen muy borrosa de una figura religiosa, la cual pudo haber colgado de una de las paredes de su casa para poder rezarle.
Tampoco hay precisión de la hora en que ocurrió la advocación, pero podemos intuir que era de día sin poder indicar si era de mañana (lo más probable) o de tarde porque estaba “moliendo cacao”.
“Ese 18 de noviembre mientras la mujer molía cacao escuchó que la tabla golpeaba con fuerza la pared, al acercarse pudo ver que la tabla brillaba y que en ella aparecía la imagen de la virgen, la mujer gritó: – ¡Milagro, milagro!, los vecinos alterados por los gritos fueron a ver creyendo que la casa se incendiaba, pero encontraron que lo que iluminaba con la fuerza del sol la casa y la calle era la imagen religiosa colgada en la pared.”
“Los gritos de la mujer pasaron a darle nombre a la calle junto al lago: El Milagro. Y la gente comenzó a visitar la casita de la lavandera para rezar y pedir milagros a la virgen, la casa se trasformó en lugar de devoción.”

Nota: Los incendios en las casas de esa época eran muy frecuentes debido que para iluminación o para venerar una imagen o figura religiosa se utilizaban velas y los materiales de construcción de las casas eran propensos a incendiarse.


No hay información precisa si la Señora vivía sola o no, o si tenía hijos o familiares, se presume que vivía sola. Se estima que una persona “vieja” en el siglo XVIII pudiera tener entre 50 y 60 años de edad. Una edad mayor le imposibilitaría poder hacer ciertas actividades, tales como ir hasta la orilla del lago y lavar.
Lo más probable es que la Señora no haya podido saber cuál virgen era la que aparecía en “la tablita”, y que es cuando la fueron a visitar los representantes de la iglesia de Maracaibo para verificar los testimonios del “Milagro”, hayan podido identificar la imagen de “la tablita” como la misma imagen de la Virgen del Rosario del pueblo de Chiquinquirá de la Nueva Granada que era venerada desde 1586.
La imagen de “la tablita” es prácticamente idéntica al dibujo que realizó el pintor español Alonso de Narváez en Tunja, Boyacá, Virreinato de la Nueva Granada (Colombia) en 1563. Esa pintura fue solicitada con características muy específicas por Antonio de Santana y el religioso Andrés Jadraque: La imagen de la Virgen del Rosario en el centro, a la izquierda la imagen de San Andrés y a la derecha la imagen de San Antonio de Padua. El dibujo de la virgen del Rosario que pintó Alonso de Narváez no fue copia de ninguna imagen de la Virgen del Rosario existente, sino que fue de su propia inspiración.

Retablo con la Imagen de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá – Basílica de la Chinita, Maracaibo.


El retablo con la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá con un niño en su brazo izquierdo tiene un espesor que varía de 5 milímetros a 7 milímetros en su parte central. De alto mide 21,2 centímetros del lado de San Antonio (a la derecha de la virgen) que sujeta en su mano derecha el lirio de la castidad y 20 centímetros del lado de San Andrés (a la izquierda de la virgen) quien sostiene un libro abierto, por 25,8 centímetros en la parte superior y 25,9 centímetros en la parte inferior. Su peso con todos los detalles que tiene es de 923 gramos.
Un detalle que llama la atención es que una rotura que tiene la tablita que pasa a la altura del pecho de todas las imágenes, siendo más pronunciada en el niño y luego en la Virgen.
En la época hispánica la tabla fue cubierta en sus bordes con un repujado de oro, ciertos adornos sobre la imagen como coronas para la Virgen y el niño, la aureola, etc., los cuales han sido retirados en su mayoría a excepción de la corona. Cuenta la imagen con un cetro de oro, zafiros y esmeraldas; la imagen también cuenta con una corona elaborada con piedras denominadas «tumas» obsequio de la etnia guajira.
Tampoco hay información de la fecha de fallecimiento de la Señora. Se intuye que después de su muerte, “la tablita” continuaba colgada en una de las paredes de su casa hasta que fue construida una pequeña capilla hecha de mampostería exactamente al lado. “La tablita” fue llevada a esa pequeña capilla para que el pueblo continuara con su adoración y veneración.

Capilla Nuestra señora de Chiquinquirá en la antigua calle El Milagro-El Saladillo, Maracaibo. Fotografía cortesía de Juan Quintino. Instageam


Según la historia tradicional de Maracaibo, en una fecha no precisada pero que pudo haber sido a finales de octubre (bajada y procesión de la virgen) o el 18 de noviembre (celebración del “Milagro”) del año siguiente de su aparición, las autoridades religiosas de la ciudad decidieron que en vista de la gran cantidad de fieles y devotos que tenía la Virgen de Chiquinquirá, “la tablita” debía ser colocada en una iglesia de mayor jerarquía que la pequeña capilla de la calle “El Milagro” y decidieron sacarla y llevarla a la Iglesia Matriz de San Pedro y San Pablo (actual Catedral de Maracaibo) en medio de una gran procesión.
“La tablita” fue montada sobre una carroza de madera y adornada con muchas flores y sacada de su humilde capilla en los hombros de varios hombres que la cargaban e iba en procesión por la calle “El Milagro” en dirección sur hacia la “Calle Derecha” donde cruzarían hacia el este para dirigirse hacia la Iglesia Matriz de San Pedro y San Pablo. De pronto, justo en el cruce de las dos calles, la carroza de madera que llevaba “la tablita” se tornó tan pesada que no fue posible moverla; el revuelo formado por la concurrencia que la llevaba en procesión trajo muchas opiniones, entre ellas que la Virgen se oponía a que la llevaran a la iglesia matriz; otros, que Ella deseaba volver a la humilde casa donde había aparecido y, los más, que la Santísima Virgen quería que la llevaran a la iglesia de San Juan de Dios.

Antigua Calle Derecha en el Barrio Saladillo de
Maracaibo, al fondo, la Basílica de Nuestra Señora de
Chiquinquirá. Fotografía cortesía de Juan Quintino –
Instagram @juanquintino Maracaibo Histórica.


Finalmente fue prevaleciendo esta última opinión, la autoridad eclesiástica dispuso que se cambiara la ruta de la procesión hacia el oeste por la calle derecha rumbo al templo de San Juan de Dios y, al hacerlo, la carroza de madera volvió a tener su peso natural, siendo transportada hasta el citado templo, donde quedó definitivamente a la veneración de los fieles.
Habíamos dicho que la Señora debería tener entre 50 y 60 años de edad, para el momento en que se produjo la advocación de la Virgen de Chiquinquirá. En el caso que este evento haya ocurrido en 1709, la Señora debió haber nacido entre 1649 y 1659.
Para las fechas de los saqueos de los piratas Jean David Nau (El Olonés) y Miguel El Vascongado en 1667, Henry Morgan en 1669 y Francois de Grammont en 1678, la Señora debió tener entre 10 y 29 años de edad. No existe ninguna información o reseña histórica que nos indique que la Señora haya pasado por esta situación histórica que impactó de gran manera la vida de la población de la provincia de Maracaibo y Gibraltar al sur del lago.
El 7 de julio de 1686 fue concluida la construcción de una ermita de barro y paja en honor a San Juan de Dios la cual fue costeada íntegramente por el capitán Juan de las Nieves Andrade de quien era muy devoto, dotándola de capellanía para que se oficiara misa en honor al santo. La ermita estaba acompañada de dos cementerios, uno para adultos y otro para niños.
“San Juan de Dios, O. H. (en portugués São João de Deus) (Montemor-o-Novo, Montemayor en castellano, 8 de marzo de 1495 – Granada 8 de marzo de 1550) es un santo portugués, enfermero y el fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.1 Su nombre de pila era João Cidade Duarte. También conocido como «Juan de los Enfermos».
En un principio Juan utiliza las casas de sus bienhechores para acoger a los enfermos y desfavorecidos de la ciudad. Pero pronto tuvo que alquilar una casa, en la calle Lucena, donde monta su primer hospital. Pronto crece su fama por Granada, y el obispo le pone el nombre de Juan de Dios.
En los siguientes diez años crece su obra y abre otro hospital en la Cuesta de Gomérez. Es, asimismo, un innovador de la asistencia hospitalaria de su época. Sus obras se multiplican y crece el número de sus discípulos -entre los cuales destaca Antón Martín, creador del Hospital de la Orden en Madrid llamado de Nuestra Señora del Amor de Dios- y se sientan las bases de su obra a través del tiempo. El 8 de marzo de 1550, a los 55 años, moría Juan de Dios en Granada, víctima de una pulmonía a consecuencia de haberse tirado al Genil para salvar a un joven que, aprovechando la crecida del río, había ido para recoger leña, pero se cayó en medio de la corriente y estaba en trance de ahogarse. Lógico final para una vida totalmente entregada a los demás.
Fue beatificado por el papa Urbano VIII el 1 de septiembre de 1630 y canonizado por el papa Alejandro VIII, el 16 de octubre de 1690. Fue nombrado santo patrón de los hospitales y de los enfermos.”
Para 1709, fecha en la cual ocurrió la advocación de la virgen de Chiquinquirá, el templo de San Juan de Dios todavía era una ermita de barro, eneas y techo de palma.
El gobernador de la Provincia de Mérida, La Grita y Maracaibo desde 1708 hasta 1711 era Pedro de Esmayle de Lobato y Bobadilla. El 26 de noviembre de 1709, Una real cédula de Felipe V autoriza a Francisco de la Rocha a someter a Pedro Esmayle de Lobato y Bobadilla, gobernador y capitán general de la provincia de Maracaibo, a juicio de residencia. Se le hicieron cargos como reducir los impuestos sin autorización, destinar dinero de la Real Hacienda para gastos personales, vender cargos públicos e inducir a testificar en falso contra su antecesor, Laureano de Escaray.
No existe ningún documento de la época donde se indique sobre la advocación de la virgen de Chiquinquirá para el 18 de noviembre de 1709.
No fue hasta el año de 1712 cuando el gobernador de la provincia de Maracaibo Francisco de la Roche Ferrer decreta la construcción de una iglesia de ladrillo en donde se encontraba la ermita de San Juan de Dios.
La elevación de San Juan de Dios a Vice-parroquia fue a partir de 1724, y es a partir de ese momento en que la Iglesia de San Juan de Dios empieza a tener alguna relevancia.
En el libro del padre Ocando Yamarte se indica que el 18 de noviembre de 1709 era viernes, en realidad, ese día fue lunes. El 18 de noviembre de 1749 tampoco fue viernes, fue martes. Sin embargo, el 18 de noviembre de 1712 fue viernes.
Si, por el contrario, consideramos que la 2da. advocación de la Virgen de Chiquinquirá ocurrió en 1749, la Señora debió haber nacido entre 1689 y 1699.
Para 1749, fecha en la cual podríamos suponer que ocurrió la advocación de la virgen de Chiquinquirá, el templo de San Juan de Dios todavía había pasado de ser una ermita de barro, eneas y techo de palma a ser una capilla de mayor tamaño por orden del Gobernador Guillermo Tomás Hendrixen de Roo y Loysel (1717) cuyos trabajos habían finalizado entre 1723 y 1732 (los registros muestran información poco precisa).
Existen registros que indican que durante el gobierno de Francisco Miguel Collado (gobernador de la provincia de Maracaibo entre 1746 y 1751), nació el culto a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, que con el correr del tiempo vendría a ser la patrona del Zulia. De acuerdo con la leyenda, la Virgen, apareció en Maracaibo en 1749. Collado hizo entrega de la gobernación el 17 de julio de 1751 a su sucesor Francisco de Ugarte.
Para mediados del siglo XVIII (1750) el mayordomo José Gutiérrez de Vergara fabricó “una trama de torre” que servía de campanario en la Iglesia de San Juan de Dios, la cual derrumbaría Pedro González de Acuña para construir una nueva iglesia con su torre. Se narra que también, para 1774 la iglesia tenía paredes y torre de mampostería.
Tiene sentido que ya para 1750 la Iglesia de San Juan de Dios era una estructura de alguna importancia y jerarquía eclesiástica en la ciudad de Maracaibo que podría albergar a la imagen de la virgen de Chiquinquirá.
El 7 de julio de 1806, se crea la parroquia de San Juan de Dios, que se instaló definitivamente el 30 de enero de 1808, siendo su primer párroco Antonio María Romana.
A partir de 1835, el Padre Pedro José de Jesús Romero se propuso reconstruir la Iglesia, logró entonces edificar las tres naves y las dos torres. Por el año 1870 se reconstruyó nuevamente el frontis del Templo, colocándose las estatuas en piedra de la Virgen de Chiquinquirá, San Andrés y San Antonio.
En el año de 1880 era todavía iglesia filial de la de San Pedro y San Pablo; años después, una disposición de las autoridades eclesiásticas creaba la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y San Juan de Dios.
En 1881 se habla de que Francisco Delgado refaccionó los serios daños causados por un rayo que cayó sobre la torre norte, y que destruyó parte de las paredes y la cuerda del reloj.
Por gestiones del Pbro. doctor Antonio María Soto, cura de la referida parroquia, se obtuvo de S. S. el Papa Benedicto XV, el 16 de Julio de 1917, un Breve Pontificio, dirigido al excelentísimo monseñor doctor Arturo Celestino Álvarez, obispo del Zulia, cuyo texto es el siguiente:
«Por tanto, a la mayor gloria de la Santísima Trinidad, para nuevo ornamento y honra de la Madre de Dios, por unánime sentencia decretamos y mandamos que la Santísima imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá de Maracaibo sea solemnemente coronada con corona de oro».

Templo de San Juan de Dios en 1917


El Pbro. Antonio María Soto sería el que haría las mayores reformas físicas a la Basílica, constituyendo así en 1921 la Corporación Zuliana para la Coronación de Ntra. Sra. de Chiquinquirá, cuya misión fue la edificación de la nueva iglesia con base en los planos elaborados por el ingeniero zuliano Pedro José Rojas.
También al mismo Pbro. Antonio María Soto se debe la exaltación de la iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá a la categoría de basílica menor. Para llevar a feliz término esa coronación era necesario modernizar el antiguo templo y con tal fin se nombraron juntas que trabajaron intensamente. Luego de vencer las dificultades de toda obra importante quedaron terminadas las reformas en 1932, contribuyendo eficazmente a esa finalidad el general Vicencio Pérez Soto, presidente del Estado para la época, contribuyendo también la Municipalidad, el comercio, la industria y el pueblo entero de Maracaibo.

Reconstrucción de la Basílica de la Chiquinquirá entre 1935 y
Maracaibo.


La reconstrucción de la Basílica para la Coronación de la Virgen incluyó dos cúpulas elípticas laterales, las dos torres y la amplia sacristía, estos trabajos fueron concluidos en 1935 y las obras secundarias finalizaron en 1941, de esta manera, es como se proyecta en nuestros días. Los esquineros de las torres son almohadillados, los relieves, vanos y las ventanas laterales de decidido corte rectangular, pero de menos peso plástico que la parte baja, que es abundante en cuerpos convexos y en columnas corintias.

Actos de Coronación de la Virgen de
Chiquinquirá – Basílica de la Chinita –
Maracaibo.


Le correspondió a monseñor doctor Marcos Sergio Godoy disponer lo conducente a la expresada coronación el 18 de noviembre de 1942. Monseñor Arturo Celestino Álvarez para el momento Obispo de Calabozo tiene el honor de ser el orador de orden en este día. Los festejos comienzan con la procesión a las 7 de la mañana, esta sale de la basílica y enfila hacia la calle Venezuela, para llegar a la ciega en la avenida el milagro, inicia la procesión la carroza que lleva la corona de la virgen acompañada por niños vestidos de ángeles, luego la carroza donde va la santa imagen de la virgen, acompañada de los cargadores de la virgen, las bandas de los diferentes colegios de Maracaibo y otras ciudades, las bandas de guerra de las fuerzas armadas y la representación de todos los colegios y liceos de la ciudad. El día de la coronación se soltaron palomas con los colores del tricolor patrio, los barcos de Guerra anclados en el puerto pertenecientes a la armada de Venezuela lanzaron saludos con salvas de cañón en honor a la patrona, todas las iglesias sonaron sus campanarios y aviones de la fuerza aérea de Venezuela dejaron caer sobre el terreno de la ciega una lluvia de flores.

Monseñor Marcos Sergio Godoy


Monseñor Marcos Sergio Godoy Ochoa, nació en la ciudad de Valencia (estado Carabobo) el 7 de octubre de 1881 y falleció en la ciudad de Maracaibo (estado Zulia) el 21 de octubre de 1957. Hijo de Prudencio Godoy y de Carmen Ochoa. Inició sus estudios en el seminario de Valencia (1897), bajo la influencia del padre Hipólito Alexandre, completando su formación teológica en Caracas.
Ordenado sacerdote por el arzobispo de Caracas, monseñor Juan Bautista Castro (18 de marzo de 1906), canta su primera misa en Valencia y sirve en los curatos de la parroquia de San José en Caracas y de Guarenas. Designado director del diario La Religión (1918-1919).
En consistorio del 8 de marzo de 1920, su santidad Benedicto XV hizo su elección canónica para obispo titular de la diócesis del Zulia. Consagrado como obispo el 16 de mayo de 1920 en solemne ceremonia efectuada en la catedral de Caracas, por traslación de su antecesor monseñor Arturo Celestino Álvarez a Calabozo.
Promovió la fundación del Seminario Diocesano del Zulia inaugurado el 2 de diciembre de 1923. Fundador del diario marabino La Columna (2 de enero de 1924) en el cual dirige campañas en pro de varias obras espirituales y materiales; la construcción de la basílica de Nuestra Señora de la Chiquinquirá, la fundación en Venezuela de la orden religiosa de los hermanos maristas, la construcción de los templos de San José y del Sagrado Corazón de Jesús de Maracaibo, así como la instalación de la emisora de radio La Voz de la Fe (4 de octubre 1938). Presidió los actos de la coronación canónica de la Virgen de la Chiquinquirá, el 18 de noviembre de 1942. En 1945 se celebraron con gran regocijo popular las bodas de plata de su congregación episcopal, con igual emoción fueron conmemoradas sus bodas de oro sacerdotales en 1956.

Monseñor Arturo Celestino Álvarez


Monseñor Arturo Celestino Álvarez, nacido en la ciudad de Clarines, estado Anzoátegui el 4 de abril de 1870 y falleció el 8 de enero de 1952 (81 años). Obispo de las diócesis de Maracaibo (1910-1919) y Calabozo (1921-1952). Su madre, Justa Álvarez lo preparó desde niño para la vida religiosa. Cursó estudios en el Colegio de Primera Categoría de Calabozo, graduándose de bachiller en filosofía y letras en 1888. Inició estudios religiosos en el Seminario de Calabozo, trasladándose luego al Seminario de Santa Rosa de Lima en Caracas, donde obtuvo la ordenación sacerdotal en 1893. Al año siguiente recibió el título de doctor en ciencias eclesiásticas en la Universidad Central de Venezuela. Designado teniente cura de la parroquia de Zaraza, se desempeñó como vicario de esta población por espacio de 17 años hasta el 6 de junio de 1910, cuando fue designado titular de la diócesis de Maracaibo. Consagrado por el Delegado Apostólico tomó posesión de su nuevo cargo el 15 de noviembre de 1910.
Celestino Álvarez permaneció en Maracaibo hasta el 29 de septiembre de 1919. Luego tras la muerte de monseñor Felipe Neri Sandrea, Arturo Celestino Álvarez fue designado como tercer obispo de Calabozo el 15 de mayo de 1921. Regresó a Maracaibo en 1942 con motivo de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá. En tal ocasión la Asamblea Legislativa lo nombró «hijo amado del Zulia» y el Ejecutivo Nacional le confirió la Orden del Libertador. Las bodas de oro sacerdotales de monseñor Álvarez fueron celebradas con gran regocijo por la Iglesia venezolana el 26 de noviembre de 1943, motivo para que el papa Pío XII lo nombrara obispo honorario del Sacro Solio Pontificio y Conde Romano.
La Academia Venezolana de la Lengua lo honró designándolo miembro correspondiente. Sus últimos años estuvieron dedicados a afianzar su magisterio y a velar por el bienestar de la diócesis de Calabozo (actual estado Guárico). Fallecido monseñor Álvarez su corazón fue trasladado a Maracaibo el 15 de febrero de 1952 para ser colocado en el altar mayor de la catedral de esa ciudad.
Desde ese año de 1942 la virgen del Rosario de Chuiquinquirá lleva una corona, una joya, no por su valor en quilates o peso, sino porque cada gramo es un sentimiento de fe, devoción y esperanza.

Corona de la Virgen de Chiquinquirá de Maracaibo.
Basílica de la Chinita


La corona de la virgen mide 43 centímetros de alto, 44 de diámetro, pesa 10 kilogramos y está hecha de oro de 18 quilates e incrustaciones de piedras preciosas. La misma fue elaborada con las cadenitas, medallas y cualquier prenda de genuino valor, que eran ofrecida a la patrona en sinónimo de agradecimiento por los favores concedidos y las metas logradas. Asimismo, tiene una pieza que tiene una S echa en oro con piedras muy pequeñas con un diámetro de unos 12 milímetros.
El cetro también es de oro con una medida de 41,50 centímetros y pesa unos 663 gramos. Fue un obsequio por los 25 años de la Coronación de la Virgen Morena (1967) otorgado por el Ejecutivo del Estado Zulia y lo impuso el cardenal de la época, José Humberto Cardenal Quintero.
La corona de la Virgen está compuesta por 160 piedras entre esmeraldas, rubíes y zafiros; mientras que el Cetro contiene 124 piedras de las mismas categorías.
Por eso su valor no puede medirse por el costo que esta puede tener, sino por la carga emocional que lleva consigo y lo que significa para los zulianos esa prenda material que la adorna.
Su relicario está hecho de plata con enchapado de oro, la parte del relicario original, del cuadro hacia arriba, data de 1760, la hizo el orfebre venezolano Jacob Caridad. La porta corona tiene una cobertura de acero con dos ángeles de plata a cada lado, cuyo peso es de cinco kilos cada uno. Reposa sobre una base triangular con los esquineros chaflaneados (corte o rebaja de una arista del objeto), está forrada por una lámina de acero pulida, tiene tres parales de hierro cromado y tiene un aro arriba probablemente de bronce.

Relicario de la Imagen de la Virgen de
Chiquinquirá, Corona y Cetro. Basílica de
Chiquinquirá. Maracaibo


El costo de la corona fue de bolívares 250.000,00 (aproximadamente 75.000,00 US$ al cambio de la fecha de 3.50 Bs./US$) en el gobierno del presidente Isaías Medina Angarita (presidente de Venezuela entre 1941 y 1945) y fue sufragado totalmente con donaciones del pueblo.
Don Enairo Villasmil fue el “Joyero de la Virgen” desde el año 1972 hasta su fallecimiento el 13 de febrero de 2011 (40 años). El mismo comentaba que cuando era joven, sus padres intentaron enlazarlo con muchas actividades, sastrería, carpintería, zapatería y ninguna lo enganchó.
De allí, finalmente cuando le presentaron la joyería a mediados del año 1939, se enamoró del arte de confeccionar joyas. Seguidamente, inició cursos de pedrería en el taller de Manuel Fuenmayor.
Al mismo tiempo, Enairo Américo Villasmil Sánchez emprendió el camino comunitario en su parroquia.

Don Enairo Villasmil – El Joyero de la
Virgen de Chiquinquirá hasta 2011


Se encargaba de guiar a los jóvenes que no estaban siguiendo el mejor camino, constituyendo así un equipo de béisbol apoyado por la Basílica, al que llamó “Amparo”, para refugiarlos y alejarlos de las malas compañías.
En una oportunidad este servidor de la Chinita contó que, en una reunión de padres y representantes de los jóvenes, apareció, el para entonces, el Padre Roberto Lückert, quien movido por la curiosidad le preguntó cuál era su profesión; sin titubeos y a mucha honra Don Enairo le respondió: soy joyero.
Es así como cerca del año 1972, Lückert pone en las manos de Enairo el brillo radiante de la Virgen Morena.
Vos sois el hombre que yo necesito. Desde mañana vais a empezar a ir a la Basílica, pa’ que te encarguéis de todo lo de la Virgen”, le dijo el sacerdote al humilde hombre.
En el primer encuentro del joyero con La Chinita, relató en ese momento Villasmil, sintió que la Virgen lo había elegido para que se encargara de limpiar, cuidar y conservar sus reliquias.
Recordó que cuando tuvo acceso a la corona, al trono y al cetro de la Patrona de los zulianos, los mismos presentaban muestras del poco cuidado profesional que le habían dado. La Corona y la base, para ese entonces, eran de bronce y según lo que relató Don Enairo, si no se limpiaba diariamente aparecía un color verdoso que no era agradable a la vista.
Debido esta situación, Lückert le encomendó rehacer la Corona en acabado de oro 18 quilates, pero en vista de que en la ciudad no existía la tecnología para hacerla, la mandaron a confeccionar en el exterior.
Ante la inquietud de, quién puede sustituirlo en tan importante y delicada labor cuando ya no pueda encargarse del mantenimiento de las reliquias de la Patrona del Zulia, Villasmil comentó que le hubiese encantado que fuera su hijo mayor a quien le fascinaba el mundo de la joyería, pero lamentablemente falleció.
Yo creo que, así como la Virgen me eligió a mí, ella escogerá a otro servidor. Ella sabrá muy bien a quién encomendarle la misión”.
La noche del domingo 13 de febrero de 2011 se conoció del fallecimiento del Joyero de La Chinita, Enairo Villasmil.
Los Herederos de Don Enairo: Lino Perozo, Leonardo Lo Lacono, Romer Morales y Ángel Fuentes estaban detrás del escritorio esperando una de las actividades más sagradas que se hace en el templo: la limpieza de las joyas de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.
Los cuatro joyeros que se encargan de la rehabilitación de la Dama del Saladillo pusieron sus manos a la obra. Colocaron el relicario en un escritorio con mantel blanco y unos pañuelos para el proceso de limpieza que se le efectúa a la imagen para que luzca majestuosa. Ángel Fuentes lo limpió con un fino pañuelo y hasta que no quedara brillante no dejaba de pasarlo por cada una de las piezas.
Lino Perozo y Leonardo Lo Lacono son los encargados de embellecer la tablita y la corona. Para ellos es necesario evaluar su contextura y qué tanto se ha debilitado entre limpieza y limpieza. En esta oportunidad se revisan todos los detalles de la corona, revisan el peso de cada pieza y los cristales para que todo esté perfecto. Solo la tocan con una sutil brocha de maquillaje.
Romer, que es nieto de Enairo Villasmil, quien se encargó de las joyas de La Chinita durante 45 años y que murió el 12 de febrero de 2011, inició la limpieza de los cuatro ángeles de plata. Cuatro veces se limpia el retablo de La Chinita para conservar su belleza, la primera es el 30 de mayo y las siguientes cerca de las fiestas en su honor; el último viernes de octubre para la bajada, el 16 de noviembre y antes de la procesión de la aurora para su subida.

Lino Perozo y Leonardo Lo Lacomo – nuevos joyeros de
la corona y la reliquia de la Virgen de Chiquinquirá.


El pórtico que luce actualmente la basílica fue financiado por el escritor zuliano don Arístides Urdaneta, quien, valiéndose de una carta autógrafa de El Libertador, recabó fondos rifándola entre amigos y devotos, lo cual permitió su construcción.
A pesar de todas las imprecisiones en cuanto a las fechas de ocurrencia de la advocación de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, desde el siglo XVIII hizo del Templo de San Juan de Dios su casa permanente y es allí donde la feligresía de la ciudad de Maracaibo ha ido desde hace trescientos años a venerar y pedir favores a la Virgen “Chinita”, manera cariñosa con la cual el maracucho se refiere a su virgencita.

CELEBRACIONES EN HONOR A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ

Festividades de la Feria de La Chinita el 18 de noviembre – Amanecer Gaitero
frente a la Basílica de Chiquinquirá


La imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se ha trasladado en varias oportunidades a múltiples sitios; una de las más recordadas fue cuando visitó la capital de la República (Caracas) y de manera más frecuente ha sido paseada por las diferentes parroquias del estado Zulia, trasladándose en lanchas por el lago y los ríos, en vehículos terrestres y hasta en helicóptero. Hoy estas visitas continúan, pero haciendo uso de una réplica por resguardo de la imagen original.
Las celebraciones en honor a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, dejaron de ser las modestas fiestas patronales del pasado para adquirir características internacionales de festejo de gran complejidad donde confluyen eventos religiosos y populares, todos reunidos bajo el nombre da la Feria Internacional de la Chinita.
La Feria de La Chinita es el nombre de una festividad de origen religioso que tiene lugar cada año durante ocho días, desde el 11 hasta el 18 de noviembre, en la ciudad venezolana de Maracaibo y se extiende a otras localidades del Estado Zulia. En dicho festejo se conmemora el milagro de la Virgen de Chiquinquirá, que es la patrona del Estado Zulia y cuya celebración es promovida por la Iglesia Católica cada 18 de noviembre.
La Feria se inicia con el encendido del alumbrado de la avenida Bella Vista de Maracaibo. En la noche de 17 de noviembre, en diferentes puntos de la ciudad de Maracaibo, se realizan los populares y tradicionales «Amaneceres Gaiteros», maratónicos conciertos que duran toda la madrugada -como indica su nombre- donde se interpretan principalmente gaitas zulianas con instrumentos tradicionales y característicos de la región, como el furruco, el cuatro, las maracas y la tambora.
El 18 de noviembre, día central de la celebración de la Feria, se oficia una Misa Pontificia y se lleva a cabo la «procesión corta», que incluye un recorrido lacustre por todos los muelles de los principales puertos del estado. A la semana siguiente se realiza la conocida «Procesión de la Aurora», en la que se saca la imagen de la Basílica a las tres de la madrugada, para que reciba el día en la calle. Ese domingo, la imagen es subida de nuevo al altar.
Durante “La Feria de la Chinita” se realizan las famosas corridas de toros, bailes en sitios públicos y privados de la ciudad, amaneceres gaiteros, juegos de béisbol, la gran gala de la belleza, concurso de belleza que permite elegir a la soberana que será la reina de la feria por todo el año, el desfile de carrozas y comparsas, además muchas otras actividades.
A la par se desarrolla el juego de béisbol Copa «La Chinita», actividad deportiva muy frecuentada por la fanaticada marabina y zuliana, que se reúne (luego de una larga noche de parranda) a darle ánimo y apoyo al equipo pelotero de las Águilas del Zulia. Así como también los amantes del deporte rey a nivel mundial celebran y apoyan el equipo Zulia Fútbol Club en su participación en la primera división de fútbol de Venezuela.

Procesión de la Aurora – Regreso de la Virgen de Chiquinquirá a la
Basílica el 1er. Domingo de Diciembre a las 6:00 am


El primer domingo de diciembre se realiza la procesión de la Aurora y en ella se pasea la imagen desde la basílica a las 3.00 de la madrugada, para que junto a su pueblo reciba el día en la calle. Finalmente, el domingo siguiente se restituye la imagen a su templo
Es una celebración que se hace el primer domingo de diciembre y es el regreso de la virgen de Chiquinquirá a su basílica luego de todo el mes de noviembre en procesión. Ese regreso se efectúa aproximadamente a las 6:00 am en la aurora del amanecer de Maracaibo.

HIMNO DE LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ


El himno de la Virgen de Chiquinquirá – “Gloria a Ti”, fue creado en 1942 para su coronación por la poetisa Graciela Rincón Calcaño, con música de Adolfo de Pool, catequista y terciario de la orden de San Francisco, se afianza la musicalidad en torno de la figura materna.

EXPRESIONES MUSICALES DEDICADAS A LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ

Museo Regional de la Gaita – Plazoleta Santa Lucía. Maracaibo


En el libro Virgen del Rosario de Chiquinquirá: Peregrina Universal se resalta que desde el siglo XVII, los géneros de canto popular zuliano y las formas poéticas que alimentan el acervo regional (contradanza, décima, gaita de tambora y gaita de Santa Lucía) realzan el amor por los santos locales. Desde el siglo XVIII, se suman la danza perijanera, el bambuco y la danza, y en el XIX, la gaita maracaibera y el vals. Cantores populares y académicos se unen en tributos devocionales a la Chiquinquirá.
El vínculo pueblo-madre se fortalece. Chinita, Chinca, Chinata, Reina Morena, Sagrada Dama del Saladillo y Virgen Guajira son algunos de los nombres surgidos de la musa popular. Escribirle y cantarle se convierte en ofrenda permanente. Jairo Gil, bautizado como el “Poeta de la Virgen” y Renato Aguirre, hermano de Ricardo y fundador de Los Chiquinquireños, forman parte de un grupo selecto de creadores. El primero compuso en Caracas, Reina Morena, el 17 de noviembre de 1965, con el apoyo musical de los hermanos Aguirre.

Ricardo Aguirre González
El Monumental


Renato sembró de hermosas letras su amor por la Chinita desde la década de los 60, cuando despuntaba con su cuatro y esa musa cristalina que lo caracteriza. Es tanto su amor por la Virgen que en 1998 fundó, junto con Reinaldo Cubillán, Astolfo Romero, Heriberto Molina, Betulio Medina y Ricardo Cepeda, entre otros reconocidos cultores, el grupo institucional Los Chiquinquireños, que nació, con un propósito estrictamente religioso y asistencial, como pago de una promesa de uno de sus integrantes. Los primeros temas fueron “Rompo a Llorar”, que cantó Astolfo Romero y que compusieron Jairo Gil y Heriberto Molina. El otro fue “Tal como te Prometí” que escribió Renato Aguirre y Heriberto Molina.
Los Chiquinquireños es una especie de coalición de autores, compositores, instrumentistas, arreglistas, productores e invitados especiales. Sus creaciones, dedicadas a la Virgen, poseen un alto contenido literario y musical, detalla la periodista Moraima Gutiérrez. El repertorio editado desde 1998 se entona el último sábado de octubre, al momento de la bajada del retablo para el reencuentro con los parroquianos.
Entre las voces que más se identifican con Chiquinquirá sobresale Enrique Gotera, quien, en los años 80, con Rincón Morales y Universidad de la Gaita, inmortalizó Aurora diamantina, Chiquinquireña y China Chinata. La voz que más conmueve es de una mujer: Carmencita Silva, la “Cantora de la Virgen”, quien con Barrio Obrero de Cabimas la recibe con su canto desde la década de los 80 al regresar de la procesión de la Aurora.
Cada año, desde octubre a diciembre, lo que dura la temporada gaitera, se estima que salgan a la luz unos treinta temas dedicados a la Virgen. La Fundación Hectilo Alí Rincón Rincón, en un homenaje a la madre de los zulianos, solicitó formalmente a la organización mundial Guinness World Records incluirla en su lista como el nombre étnico virginal más cantado del planeta, con unas 3.000 composiciones. Víctor Hugo Márquez, autor del libro Virgen del Rosario de Chiquinquirá: Peregrina Universal, lo reafirma: “Es sin dudas la Virgen más cantada del planeta”.
Fue la agrupación Gaiteros del Zulia la que grabó la primera gaita a La Chinita, en 1948: Virgen de Chiquinquirá. Sus compositores fueron Ramón Bracho Lozano y José Mavarez (Tomado del libro Memoria y cuenta de la gaita zuliana y algo más, 1990, de Arnoldo Hernández Oquendo).


“Virgen de Chiquinquirá Patrona de los zulianos,
Por ser vos la soberana nuestras vidas ampará,
y nuestras almas llevá por el sendero cristiano,
Patrona de los zulianos Virgen de Chiquinquirá”

FAMOSOS COMPOSITORES DE GAITAS A LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ


Jairo Gil

Jairo Gil
El Poeta de la Virgen


Fue “El Monumental”, Ricardo Aguirre, quien lo bautizó como “El Poeta de la Virgen”. Y el mote no pudo ser más acertado. Jairo Gil desborda su amor por la Chinita. Su sola advocación lo estremece y lo conmueve. “Ella es la fuente de mi musa”. ¿A qué zuliano no le llora el alma con estos versos?:
“Mi corazón es un templo, donde una Virgen se adora
mi pecho más la atesora, si lejos de ella me encuentro…”
“Reina Morena”, interpretada por el Monumental, lo inmortalizó. Entre otras gaitas de su puño que le han merecido importantes reconocimientos destacan: “Mi Chinita”, “Virgen Guajira”, “Dos Madres Antañonas” y “Rompo a Llorar”, entre muchas otras. Esta última fue vocalizada por “El Parroquiano” Astolfo Romero. Es el único compositor que le compuso a Ricardo Aguirre y a Astolfo Romero.
Jairo Antonio Gil Atencio, mejor conocido como Jairo Gil, “El Poeta de la Virgen”, falleció el 18 de febrero de 2019.


Renato Aguirre

Renato Aguirre


A Renato Aguirre le retumba el corazón cada vez que apoya el lápiz sobre el papel para plasmar versos inspiradores sobre “La Chinita”. “Ella es la que me inspira”. Según sus palabras, la herencia familiar ha sido determinante en su fervor mariano.
“La Chinita nos ha sido muy familiar. Los abuelos míos lo hicieron y mis bisabuelos también, por supuesto, en la época de ellos no había estudios de grabación. Ni siquiera se conocía eso, la vena poética viene de nuestras anteriores generaciones, y se ha conformado como una especie de tradición genealógica a través del tiempo”
dijo el hermano de Ricardo Aguirre, uno de los mejores cuatristas de Zulia. Considera que es bastante apasionante dedicar una gaita a “La Chinita”:
“Porque es precisamente la parte espiritual la que deja de lado un poco al ser humano, y me aíslo del mundo para componer”.
De su inspiración ha germinado: “Aquel Zuliano”, “Celestina Aurora”, “El bambuco”, “Aquellos Lejanos Días”, “Catatumbo Templo del Sol”, “Vigencia de un Perfil”, “Fascinante Venezuela”, “Amor Prohibido”, “Parranda con Amor”, “La Negra Juana”, “La Palangana”, “100 años LUZ”, “El Guerrero Peregrino”, “Zulianidad Frondosa”, “Sagrada Dama del Saladillo” y “La Elegida”, considerado un clásico contemporáneo del género zuliano, entre otros.


Heriberto Molina

Heriberto Molina


Desde los 15 años este compositor, escritor, guionista de televisión, decimista, repentista y publicista le compone gaitas a “La Chiquinquirá”. Cada vez que lo hace siente un profundo sentimiento en el alma y en el espíritu.
“Me inspiro en la buena fe y en la buena voluntad que uno tiene en la Virgen”
Armar versos y plasmarlos en el papel para luego convertirlos en gaitas es para Molina: “la satisfacción de saber que uno ha servido para algo en esta vida”. Cuenta como anécdota:
“Mientras escribo ella me transporta no sé a dónde, y vuelvo en mi cuando termino. Es una pasión desbordada”
Entre sus gaitas más reconocidas están: “Virgen Guaquera”, “Así es la Vida”, “Rompo a Llorar”, “Serenata”, “Para Volverte a Cantar”, “Canto a la Vida”, entre otras.
Heriberto Molina Vílchez falleció el 11 de enero de 2017.


Abdénago “Neguito” Borjas

Abdénago “Neguito” Borjas


En la década de los 70s se inició el periplo de Abdénago “Neguito” Borjas como compositor. Su primera gaita no podía ser sino para la “Patrona de los Zulianos”. Lo impresionante es que las letras que plasmaba en el papel se iban tejiendo en un sentido de fe y devoción hacia la Virgen. Se llamó “Reina y Soberana”.
Fue, en sus palabras, un privilegio y una bendición para su carrera de poeta gaitero. Posteriormente, en su andar de creador se fueron multiplicando las composiciones hacia “La Chinita”, tales como: “Cosas del Alma”, “Chinca, Chinata, Chinita”, “Por tanta Veneración”, “San Antonio y San Andrés”, gaitas aceptadas con sentimiento por los marabinos. Aduce que su inspiración “es un elemento espiritual más que cualquier otra cosa”. Y dedicarle gaitas significa que “hay un profundo respeto, honra y un gran amor espiritual”.


GAITA “LA ELEGIDA”


Renato Aguirre, el compositor de la gaita “La Elegida” responde cuando se le pregunta cuál fue el propósito de esa pieza?
“Advierto que hay un personaje que está dentro de la imagen de la Virgen de Chiquinquirá. Mi hermano decía: “Lavando una viejecita a orillas de nuestro lago…”. Mi mamá me decía algunas cosas; pero después, con el tiempo, me encuentro con el hermano Nectario María, un especialista en investigaciones marianas en América y hallé una respuesta que me satisfizo. Él dice que el nombre de la señora que consigue la Tabla en la orilla de la playa, no quedó para la historia. ¿Cómo es posible eso? (…) Nectario María me ayuda a identificar quién es la persona, aunque no se conoce el nombre, quien consiguió la Tablita y que por tanto concibe el milagro. Esa señora es la elegida a quien yo le hice ese tema. Por supuesto está involucrada la madre, porque la Chiquinquirá en el Zulia la eligió a ella, a la desconocida. Fátima también eligió, eligió Guadalupe. Mucha gente dice que la elegida es la Virgen, y yo les digo que la Virgen es la elegida de Dios ¿No eligió Coromoto al indio Coromoto incluyendo a su familia que estaba en ese momento en el río?”
“(…) Mi dedicación en ese tema, obviamente es una ofrenda a la Chiquinquirá, pero es para esta señora que la historia no tiene su nombre. Ignoro por qué. Quién se asoma al frontis de la historia es María de Cárdenas. Y es muy fácil, para quien no le guste trabajar, decir que fue María de Cárdenas (…)”
Cuando se le pregunta si la pretensión de la gaita es entonces rescatar la imagen de la desconocida, responde:
“Más que rescatar es aclarar al público que se sintoniza erráticamente a la persona (…) Nunca Nectario María dice que María de Cárdenas era la molendera, la lavandera. Yo le hice el tema a la señora desconocida. Creo que estoy sobre los pasos de una gran verdad porque ese tema que es de 2009 ya es un clásico gaitero, gracias a Dios.”


Gaita La Elegida
Compositor: Renato Aguirre González
Artistas: Los Chiquinquireños


LOS CHIQUINQUIREÑOS es una agrupación eminentemente institucional que sólo persigue propagar, en los noveles gaiteros y en los zulianos en general, el amor y la fe en nuestra Madre y guía espiritual Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
Año de Lanzamiento: 2009

LA ELEGIDA


(Coro)
Todo era humilde precario / pero en el ambiente espeso,
brotaban tan solo rezos / de aquellas almas a diario.
Colgaba un viejo rosario / en la pared de aquel nido
y un cuadro descolorido / con aromas de presagio
y a su lado un crucifijo / con el primer legionario.

I
Bajita, dulce, silenciosa,
serena y piadosa suma delgadez.
Espíritu en luz imantado
que trae a su lado a quien bien la ve,
es ella la humilde elegida,
que atrajo a María a su inmediatez.
(Coro – repetir 2 veces)
II
Fue tal y ferviente el anhelo
de traer del cielo a la madre de Dios,
hincada en el rustico suelo,
desgarrando el velo su alma derramo.
En mil oraciones benditas
y al fin la tablita le resplandeció.
(Coro – repetir 1 vez)

(Coro)
Todo era humilde precario
pero en el ambiente espeso,
brotaban tan solo rezos
de aquellas almas a diario.
Colgaba un viejo rosario
en la pared de aquel nido
III
pero el cuadro se ha prendido
y estalla en luz las sombras
la tablita se transforma
y es un misterio encendido,
brota chorros de luz pura;
la pintura se abrillanta
y surge la imagen santa
en lumínica figura.

¡Milagro, Dios mío Milagro! (Exclamación No Cantada)
(El 2do Coro y la última Estrofa se cantan simultáneamente)

Milagroo !!!!
el 18 de noviembre hubo un milagro,
ha llegado nuestra Virgen del Rosario
la Chinita que la luz de Dios nos trajo.

» Le doy gracias a Dios por tenerte siempre conmigo,
apoyar mis estudios, mi vida, mi fuente y mi nido.
Bendecid vos siempre mi familia, mis futuros hijos
y por darle sentido a mi vida y mis seres queridos «

Virgen de Chiquinquirá… Ruega por nosotros…
Gracias Por Tanto Amor..

Todo el Material Compilado fue por Victor R. Salazar Rodríguez – 16 de noviembre de 2020


REFERENCIAS

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_de_Chiquinquirá
  2. https://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_del_Rosario
  3. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:2017-03_Brescia_Mattes_Pana_(111).JPG
  4. https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_Predicadores
  5. https://es.wikipedia.org/wiki/Cruzada_albigense
  6. https://es.wikipedia.org/wiki/Laguna_de_Fúquene
  7. https://es.wikipedia.org/wiki/Muiscas
  8. https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Padua
  9. https://es.wikipedia.org/wiki/Andrés_el_Apóstol
  10. https://es.wikipedia.org/wiki/Alonso_de_Narváez
  11. http://socmariologicacolombiana.blogspot.com/2016/04/las-huellas-de-maria-ramos.html
  12. https://es.wikipedia.org/wiki/Ambrosio_Alfinger
  13. https://www.geni.com/people/Alonso-Pacheco-y-Maldonado-de-Jiménez-Capitán-Conquistador/6000000006595112560
  14. https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/_custom/static/cronologia_hv/zoom/
  15. https://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_de_Maracaibo
  16. https://es.wikipedia.org/wiki/Maracaibo
  17. https://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_de_Chiquinquirá:~:text=La_Virgen_del_Rosario_de,esmeraldas_que_su_pueblo_le
  18. https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Dios
  19. https://es.wikipedia.org/wiki/François_l´Olonnais
  20. https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Morgan
  21. https://es.wikipedia.org/wiki/Michel_de_Grandmont
  22. https://www.fundacionciev.com/historia-de-la-virgen-de-la-chiquinquira/
  23. https://theworldnews.net/ve-news/el-inicio-de-la-basilica-de-maracaibo-334-anos-de-la-construccion-de-la-ermita-de-san-juan-de-dios
  24. https://globovision.com/article/conoce-cual-es-la-historia-de-la-aparicion-de-la-virgen-de-la-chinita
  25. https://elbaulgaitero.blogspot.com/2014/10/resenas-historicas-de-la-tablita-de-la.html?m=1
  26. https://es.wikipedia.org/wiki/Basílica_de_Nuestra_Señora_de_Chiquinquirá_(Maracaibo)
  27. https://es.wikipedia.org/wiki/Feria_de_La_Chinita
  28. http://www.nuestragaita.com/enairovillasmil.htm
  29. https://www.lapatilla.com/2018/11/18/la-chinita-es-la-virgen-mas-cantada-en-el-planeta/
  30. https://www.musica.com/letras.asp?letra=2199847
  31. https://theworldnews.net/ve-news/renato-aguirre-nadie-sabe-el-nombre-de-la-elegida-de-la-chinita
  32. Fotografías Antiguas de la Ciudad de Maracaibo son cortesía del Sitio de Instagram “Fotografías e Historia de Maracaibo y Todo el Estado Zulia” y “Maracaibo_Histórica”, propiedad de Juan Quintino (Creador de Videos) – @juanquintino – Instagram.
  33. PERIÓDICO VERSIÓN FINAL. Fe Chiquinquireña. Maracaibo. Edición del 19 de noviembre de 2008. Página 18. Artículo: Seis Compositores Hablan de su Pasión por la Chinita – LA REINA COMO MUSA. Autor: Oswaldo Torres. otorres@versionfinal.com.ve.
  34. LA MARACAIBO HISPANA. FUNDACIÓN Y EXPANSIÓN DE UNA CIUDAD-PUERTO. VENEZUELA, SIGLOS XVI-XVIII. Nereida Petit, Eduardo Pineda y Elisa Quijano. La Universidad del Zulia. Facultad de Arquitectura y Diseño. Maracaibo-Venezuela. Procesos Históricos. Artículo arbitrado. ISSN 1690-4818. Año 6, Nº 12. Segundo Semestre 2007.
  35. MARACAIBO: CIUDAD DE 3 FUNDACIONES. Argenis Ortiz Malavé. Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”. UNERMB. 1era. Edición Depósito de Ley: 1f06120089001134. ISBN: 978-980-12-3367-1. 2015.
  36. TERRITORIALIDAD Y POBLAMIENTO EN MARACAIBO DURANTE EL DOMINIO ESPAÑOL 1492 -1830. Santiago Bretón Díaz. Trabajo de Grado para obtener el título de Historiador. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Historia y Geografía. Carrera de Historia. Bogotá D.C. 2010.
  37. DON ANTONIO DE VERGARA AZCARATE Y SUS DESCENDIENTES. TOMO I. LA COLONIA – LA INDEPENDENCIA. Julio C. Vergara y Vergara. MADRID IMPRENTA J.- PUEYO. Luna, 27 Teléfono 21 08 64. 1952.
  38. DICCIONARIO GENERAL DEL ZULIA. Volumen I. Jesús Ángel Semprún Parra y Luis Guillermo Hernández. Sultana del Lago Editores. 2da Edición.
  39. LA TIERRA PROMETIDA DEL SUR DEL LAGO DE MARACAIBO: DE SU MISMA SANGRE. LA FRONTERA INDÍGENA (SIGLOS XVI-XIX). TOMO III. Luis Alberto Ramírez Méndez. Fondo Editorial UNERMB. Colección Rafael María Baralt. N°5. ISBN: 978-980-6792-25-8. Depósito legal: lfx53620159003271.
  40. ESTUDIO DE UNA PROVINCIA: MARACAIBO, SIGLO XVIII. María Dolores Fuentes Bajo. UNIVERSIDAD DE CÁDIZ. DOI: http://dx.doi.org/10.25267/Trocadero.2005.i17.14.
LA ELEGIDA. Los Chiquinquireños
HIMNO A LA VIRGEN. Ricardo Cepeda y Voz Veis
LA GREY ZULIANA. Guaco

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